Quizá el consumo de alcohol les provoca una conducta errónea a turistas y ciudadanos acapulqueños que acuden a los bares de la zona Dorada del puerto, donde luego de la reapertura de los negocios con giros rojos en plena pandemia del Covid-19 no respetan la sana distancia ni utilizar equipo de protección personal para evitar contagios.
A pesar del incesante aumento de casos y defunciones, en Guerrero los bares ya pueden abrir a un 50 por ciento, así como salones de fiestas y otros negocios que permanecieron cerrados por más de cinco meses por considerarse como un foco de contagio.
Este fin de semana fue el primero después de la reapertura y al visitar algunos negocios se constató que el riesgo es alto, debido a que la mayoría de los negocios estuvieron muy concurridos, algunos en más del 50 por ciento de su capacidad, es el caso de los que se encuentran en la avenida Costera Miguel Alemán a la altura de la calle Hernán Cortés.
La sana distancia entre las personas no existía, ya que los clientes cantaban, reían y hasta uno que otro beso se daban sin mayor preocupación, como si no hubiera un patógeno entre la sociedad que está ocasionando muertes diariamente en el estado de Guerrero.
Los encargados de los negocios si laboraban con protección facial, sin embargo, el riesgo de quedar infectados es latente debido a que los cubrebocas que portaban la mayoría son de tela, además de que los ojos los tenían desprotegidos.
Cabe mencionar que estos bares están trabajando en la banqueta debido a que no cuentan con instalaciones al aire libre, situación que ha sido tolerada por la autoridad municipal a pesar de violar los reglamentos establecidos.