En condiciones infrahumanas y a merced de los fenómenos naturales, deambulan personas que son víctimas de las adicciones o sufren de sus facultades mentales, en calles y debajo de los puentes del puerto de Acapulco.
Hombres y mujeres, a diario se les ve deambular por la principal avenida del puerto: la costera Miguel Alemán, vistiendo harapos y cargando bolsas de plástico, con todo tipo de desperdicios en mal estado.
Son personas que al caer en las garras de las adicciones, como los inhalantes y el alcoholismo, fueron abandonadas por sus familiares y ahora viven en condiciones de calle, tratando de sobrevivir de lo que recolectan entre la basura.
Invisibilizados por las autoridades, se reúnen en grupo y forman lo que ahora se conoce como "escuadrón de la muerte", calificativo que le es totalmente indiferente por estar en otra dimensión a consecuencia de los efectos que les produce el thinner, el pegamento y el alcohol industrial que apuran crudo, es decir, sin acompañarlo con otra bebida.
Al perder la noción de la realidad, por el consumo de todos estos artículos nocivos, salen a las calles y pierden todo pudor, incurriendo en actos que van desde desnudarse o quedarse tendidos sobre las banquetas, en donde se les mira con lástima y hasta con desprecio.
Sin embargo, a pesar de que las autoridades de los tres órdenes de gobierno presumen programas sociales a favor de este segmento de la población, la realidad es distinta, según se pudo comprobar en un recorrido realizado por la costera, en donde algunos caminan hurgando en la basura y otros se drogan debajo del puente El Camarón".
Por su propio estado mental es difícil que hilen una entrevista, solo atinan pedir algunas monedas para poder comprar más thinner o pegamento para drogarse o comprar alcohol del 90, para seguir en su mundo, su otra realidad.