En el pavimento aún hay casquillos de arma de fuego regados que han quedado como muestra de la detonación de armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas. Por las calles, muy pocos son los pobladores que salen a realizar algunas compras, por temor, y debido a que la mayoría de los comercios apenas comienzan a abrir sus cortinas.
Durante un recorrido, se constató que la gente que continúa temerosa de un posible regreso de los civiles armados que, a decir de los testigos, realizaban cobro de cuotas y privaciones de la libertad.
En el domicilio particular de Daniel Adame Pompa, líder del grupo de civiles que operaba en la zona, aun se observan huellas de la violencia, como cartuchos de armas de fuego percutidos, así como video cámaras y un Ocelote discado.
El sitio se observa con cintas de protección que colocaron autoridades encargadas de procuración de justicia y vigilancia tras el cateo que se realizó el miércoles luego de la detención de once integrantes del Sistema de Seguridad Xaltianguis (SSX), en un operativo en el que se anunció, participaron más de 350 elementos.
Los puestos de vigilancia ocupados por los civiles armados, hoy lucen sin las siglas que distinguían al grupo armado, uno de ellos ya fue destruido en su totalidad, el cual se encontraba a la entrada del pueblo, para no dejar huella de quienes mantenían atemorizado a los pobladores.
Por otra parte, el servicio de transporte en el interior del pueblo que prestaban las moto-taxi está detenido, debido a que presuntamente estos vehículos pertenecían al SSX y no han regresado haciendo que las personas tengan que salir caminando hasta la carretera federal.
Según datos extraoficiales de fuentes de seguridad, continuará la búsqueda de algunos de los participantes en los bloqueos y enfrentamientos que se registraron durante el lunes y martes para capturarlos, debido a que tienen órdenes de captura, incluido su líder, quien logró darse a la fuga.
En Xaltianguis, se mantienen las Bases de Operaciones Mixtas que se instalaron y que conforman el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, Policía Federal, Ministerial, Estatal y municipal para, en el marco de una nueva estrategia de seguridad, recuperar la calma de la comunidad para que regresen los pobladores que se desplazaron por la violencia.