La pandemia que mantiene al país desde hace año y medio en un semi aislamiento, ha impactado en los artesanos que sobreviven de la elaboración de dulces de coco y pulpas de tamarindo, productos que ofrecen a los turistas a la orilla de la carretera federal Acapulco-México.
Decenas de cocos, pulpas y una variedad de artesanías elaboradas con los derivados de la palma, son parte de los tantos artículos que ofrecen en el bulevar Vicente Guerrero.
La baja afluencia de turistas y la crisis económica, ha provocado que más de 50 locatarios cierren sus puertas de manera temporal o definitiva.
Artesanos del lugar señalaron que aunque todavía siguen llegando algunos turistas, éstos vienen con recursos limitados para vacacionar y se aprovechan para orillar a los vendedores a bajar aún más el precio con el conocido regateo, acto que subestima el valor del trabajo artesanal.
“Los tiempos ya no son como antes. Siempre llegaban los turistas en por lo menos dos o tres camiones y se orillaban para comprar mercancía. El coco y la pulpa, son uno de los más pedidos aquí, pero ahora son de los primeros que se nos echan a perder”, comentó la señora Guadalupe.
Los gastos de agua, luz y comida, hacen aún más difícil la situación de los locatarios, quienes están conscientes de que debido a los riesgos por la pandemia, su única fuente de ingresos se ha visto afectada.
Afirman que pese a ello aún tienen la esperanza de que la situación mejore pronto y puedan sacar su mercancía, que en su mayoría, tiene caducidad.