Mientras que en Acapulco se siguen tolerando más de un centenar de sitios de matanza de animales, sin la inspección de autoridades sanitarias, la construcción del rastro Tipo Inspección Federal (TIF) en el poblado de El Salto, donde se hizo una inversión tripartita de 120 millones de pesos aún no termina de concluirse y se estima que se requerirán de más recursos para su operación.
Una obra con inversión tripartita de 80 millones de pesos en una primera etapa, que era considerada para concluirla en un lapso de 12 meses, a más de cinco años sigue en proceso de construcción, sin tener una fecha establecida para iniciar su funcionamiento.
Fue un martes 17 de diciembre del 2013, cuando el ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, y el empresario Luis Walton Aburto ex alcalde de Acapulco, colocaron la primera piedra en el predio que donó el cabildo de esta ciudad con la que se dio inicio a la construcción de las dos naves del rastro Tipo Inspección Federal (TIF), el cual aún no se ha concluido al 100 por ciento.
En el momento en que se inició con la construcción del rastro TIF, Acapulco tenía 15 años de no contar con un lugar adecuado para el sacrificio de animales como cerdos y reces, proceso que se desarrollaba sin ninguna medida sanitaria en 112 rastros denominados como tolerados que estaban en distintas partes de la ciudad como La Sabana y el punto conocido como el Rastro.
La construcción del rastro tipo TIF en Acapulco la cual no ha sido concluida, representó en ese 2013, para todos los sectores sociales como un acto de justicia para los más de un millón de ciudadanos acapulqueños, debido a que se tendría un mejor control en el sacrificio de 300 cerdos y 250 bovinos que era la meta de matanza de animales para posteriormente distribuirla para su comercialización.
Sin embargo, han pasado cinco años, luego de la colocación de la primera piedra, y el rastro tipo TIF, no ha funcionado, pese a que se aumentó a 120 millones de pesos la inversión económica para concluirlo, esta obra contaría con dos líneas de sacrificio, planta tratadora de aguas que serviría para evitar escurrimientos de líquidos a canales y arroyos cercanos al lugar donde funcionaria a partir de diciembre del 2014, según la fecha que las mismas autoridades de ese momento dieron a conocer.
Además de estos beneficios, el rastro Tipo Inspección Federal (TIF), también contara una vez que se termine su construcción, con un sistema adecuado de servicio de agua potable, cisternas, y médicos certificados por la Sagarpa, que tendrán la responsabilidad de analizar los animales antes de ser sacrificados para su comercialización.
Se trabaja en la última etapa de la obra
Actualmente las autoridades de gobierno, aseguran que se trabaja luego de más de cinco años, en la última etapa de la obra, unos aseguran que está al 80 por ciento mientras que otros afirman que los trabajos están avanzados en un 90 por ciento, sin embargo, no se ha dado a conocer la fecha en que quedara construido en su totalidad.
Mientras tanto en la ciudad, siguen funcionando de manera tolerada sitios de matanza de animales, los cuales, no son supervisados como lo marca la ley para realizar el sacrificio de cernos, y reces que se comercializan en las más de 55 mercados de Acapulco.
En el 2017, el avance que se anunció de la obra del rastro tipo TIF en el predio del poblado de El Salto en la zona rural de la ciudad, por la administración que encabezo el ex alcalde Evodio Velázquez Aguirre hoy cuestionado por un presunto mal manejo de recursos y por haber heredado una deuda superior a los 400 millones de pesos, era de un 95 por ciento, sin embargo, a un año de estas declaraciones realizadas en una gira de trabajo por él lugar, sigue la misma situación.
Para algunos la construcción del rastro, ha sido una cuestión política, de olvido y de faltas promesas por parte de las autoridades, ya que a la fecha no se termina pese a que el recurso de 120 millones de pesos provenientes del programa “Fondo Metropolitano” y que fue anuncio por lo menos dos años después de que colocara la primera piedra por el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero y por el ex alcalde Luis Walton Aburto.
La ultima etapa de la construcción del rastro tipo (TIF) en Acapulco, en el poblado de El Salto, se puso en marcha en el mes de febrero del 2016, por el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien al dar el banderazo de la obra dio a conocer la inversión de 46 millones de pesos para esta parte de la construcción del inmueble.
En ese momento el gobernador del estado, dijo que esta obra tiene que ser un ejemplo de lo que se tiene que hacer en el estado, para ofrecer servicios de calidad y garantía tanto a la población, como a los ganaderos, y agregó que el rastro, en el momento que iniciara sus actividades de sacrificio de animales, tendría un alto nivel y sobre todo, contará con el respaldo de las instituciones encargadas de verificar las condiciones de salubridad, con lo que los ciudadanos estarán seguros de recibir carne en óptimas condiciones.
El retraso del funcionamiento del rastro ha provocado que, en la ciudad, se mantenga la matanza clandestina
El retaso de mas de cinco años de lo que será el rastro tipo TIF de Acapulco, ha provocado que se mantenga la matanza clandestina, aseguraron integrantes de la Asociación Ganadera.
En entrevista el ganadero de Acapulco, Maciel Arroyo Estrada, indicó que cinco años ya es un tiempo considerado para que se termine el rastro, sobre todo cuando se tuvo una fuerte inversión de recursos para desarrollar una obra que, a esta fecha, sigue siendo un elefante blanco.
“Esta olvidada, porque no hay trabajo, y esto no solo provoca la existencia de sitios insalubres para la matanza de animales, sino también un riesgo sanitario para los miles de acapulqueños que consumen carne de animales que son sacrificados en lugares donde no se tiene una supervisión, es urgente la conclusión del rastro, gobiernos terminan y otros inician y la obra sigue de la misma manera”, expresó Maciel Arroyo.
Dijo que, para Acapulco, el funcionamiento del rastro tipo (TIF), debe de ser una prioridad ante el riesgo que representa seguir teniendo sitios de matanza tolerados por las autoridades de gobierno a través de un pago económico.
Podría ser concesionado el funcionamiento del rastro
Ante el alto costo que representaría para un gobierno el funcionamiento del rastro, existen propuestas de que este sea concesionado a la iniciativa privada para evitar que en un momento se convierta en un elefante blanco.
En el 2017, el mismo ex alcalde Evodio Velázquez Aguirre en un recorrido con ganaderos en el poblado de Dos Arroyos, dio a conocer que se propondría concesionar la administración del nuevo rastro de Acapulco, propuesta que en ese momento fue aceptada por los profesionales de la comercialización y crianza de animales en la ciudad.