Expuesta a la salinidad y desechos de las aves, está la obra del artista de la escultura y la pintura, Victor Salmones: "El Narciso", un ser de la mitología griega que fue instalada en una roca en playa Las Hamacas, donde está totalmente en el abandono oficial y la indiferencia de la gente.
Nadie sabe a ciencia cierta el origen de esta obra de arte, esculpida en la fundición de la cera perdida en bronce, que desde 1985 yace recostada sobre una roca, mirando fijamente al mar, orientada hacia el poniente de la ciudad y la costera Miguel Alemán.
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Sin ser de un gran tamaño, se concibió como un distintivo turístico y que se apreciará su exquisita belleza en esta imagen de "El Narciso", que se sabe fue hecha en el estudio que tenía el artista por la avenida Escénica.
Víctor Salmones vivió en el puerto de Acapulco de 1980 a 1989, fecha en que murió, pero en ese lapso dio rienda suelta a su creatividad y creó varias obras de arte, entre estas "El Narciso", cuya leyenda define a este ser como un joven hermoso a cuyos pies caían rendidas las doncellas.
Algunos hoteleros del puerto, como el empresario Javier Saldivar Rodríguez recuerda que fue colocada en 1985, sitio que se eligió por ser una playa de mayor tradición de la bahía y que creyeron que era un digno distintivo de este destino turístico.
A pesar que se sabe que la obra es de un alto costo y ha sido cotizada por casas de subasta altamente reconocidas, como la "Casa Ation en Nueva Orleans", "El Star Galleries en Houston" y "Leslie Hundman en Chicago", está en total abandono.
Son contadas las personas que hacen un alto para tomarse una fotografía, pero para el grueso de la población le es indiferente y pasan de largo, es más desconocen de quién se trata y porque fue colocada en la cima de la roca.
Algunos pelícanos y gaviotas se posan, para dejar sus desechos sobre esta emblemática figura de bronce, que se resiste a sucumbir a los elementos de la naturaleza.
Prestadores de servicios turísticos lamentan que los titulares de la Secretaría de Turismo de los tres órdenes de gobierno sean totalmente indiferentes para cuidar las obras de los artistas que eligieron vivir sus últimos días en Acapulco, como fue el caso de Víctor Salmones, quien también es víctima de la indiferencia oficial y el olvido.