El debate entre Zeferino Torreblanca Galindo y Sofío Ramírez Hernández, debió ser de altura y no caer en los dislates, porque en nada contribuyen los adjetivos descalificativos a la pacificación que necesita Acapulco.
El coordinador general de Estructuras Territoriales del Comité Municipal del Partido Revolucionario Institucional, Héctor Mesino Cortés lamentó que el ex gobernador Torreblanca Galindo, le haya ganado la soberbia y no medir su comportamiento, al grado de llamar "desayunadores que nada aportan al puerto. Busca chambas" a los integrantes del Grupo Aca, que lo arroparon como su invitado especial.
En su reflexión sobre este épico desencuentro, en el que al invitado especial le aplaudieron la ofensa y obtuvo su apoyo incondicional a la sarta de improperios que vertió sin ton ni son, consideró que la intervención del dirigente del PRI, Sofío Ramírez, fue en el uso de la razón, ante la ácida andanada de ofensas hacia el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero por parte de Torreblanca Galindo.
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Sin pretender tomar partido, pero si de poner los puntos sobre las íes, la actitud del ex mandatario estatal Zeferino fue hablar sin moderación y lanzar una sarta de acusaciones hacia un guerrerense, que no estaba presente para defenderse.
Mesino Cortés indicó que la actitud de Sofío Hernández, estuvo a la altura de las circunstancias, porque sólo pidió moderación al invitado, quien en respuesta lo atizó con "¡Eres un mentiroso y cínico, además de ratero!". Esto es claro que utilizó este escaparate para expresar sus odios, soberbia y proclamarse embajador de la amargura y las denostaciones.
Estos vituperios de ninguna manera se pueden tolerar, máxime que se esperaba del invitado otro tipo de mensaje, que fueran propuestas que contribuyan a solucionar la grave problemática que se padece en Acapulco, en donde todavía se recuerda que la violencia floreció durante el gobierno, si, de Torreblanca Galindo.
Puntualizó que en estos momentos se necesita de la unidad y de la contribución de todos para lograr la pacificación de una ciudad, que continúa siendo catalogada como la más peligrosa del país y del mundo.