Doña Chenta con un trapo se cubre del fuerte calor y no deja de mirar en dirección al centro, en espera de pasaje, al igual que decenas de personas afectadas por la paralización parcial del servicio del transporte en el puerto de Acapulco.
Esta escena se vive en los últimos días en la ciudad, causando la desesperación de la gente que por la falta de unidades se ve obligada a caminar o esperar horas para poder trasladarse a su destino.
La crisis del transporte se agudizó desde hace dos semanas a causa de la serie de ataques armados contra transportistas en diferentes zonas de Acapulco.
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Esto repercute de manera directa a hombres y mujeres, que como doña Chenta tienen que esperar hasta una hora para trasladarse de la parada de Las Anclas a la Cima.
Por su parte, la joven estudiante Sofía denunció que no hay camiones urbanos ni urvan y tiene que tomar un taxi azul con blanco que ofrece servicio de colectivo, le cobra 25 o 30 pesos para poder llegar a la zona de Hospitales.
La crisis del pasaje generó temor de sufrir alguna agresión e hizo que gran parte de la flota vehicular de servicio público suspendiera el servicio, afectando con ello a miles de usuarios.
También la inseguridad derivó en el encarecimiento del servicio, ya que los choferes que se arriesgan a trabajar elevaron de forma desproporcionada sus tarifas, que van de los 25, 30 y 50 pesos en colectivos amarillos.
Las camionetas urvan, deberían de cobrar 12 pesos de acuerdo a lo autorizado por la Comisión Técnica del Transporte y Vialidad del Estado, pero elevo el costo del pasaje a 15 y 17 pesos.