Con manos mágicas elabora coloridos huipiles

Doña Bertina se tarda hasta tres meses en poder confeccionarlos, porque toda la costura es a mano

Celso Castro | El Sol de Acapulco

  · sábado 12 de febrero de 2022

Doña Bertina teje su telar y elabora hermosos huipiles que vende en la vía pública. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Con una gran paciencia y destreza, doña Bertina teje su telar y elabora hermosos huipiles que venden en la vía pública.

Originaria de la comunidad de Zacualpan, municipio de Ometepec, en la región de la Costa Chica de Guerrero, presume que desde niña aprendió a coser a mano.

Sentada en un pequeño banco, sin dejar de tejer un huipil con adornos basados en la naturaleza, ofrece prendas ya terminadas en su puesto informal que tiene a un costado de la iglesia de Costa Azul.

Refiere que tejer un huipil le lleva de dos a ocho meses, segun sea el adorno y sus precios varian entre los mil 500 a los diez mil pesos, pero son todos confeccionados a mano.

La gobernadora de Guerrero se caracteriza por su buen vestir. / Cortesía | @GuerreroComSoc

El telar, también es una prenda que lleva figuras complicadas y se tarda hasta tres meses poder confeccionarlos, porque toda la costura es a mano.

Además, el hilo que utiliza no lo compra aquí en Guerrero, este lo traen de Oaxaca y usa una técnica que aprendió de su familia, para poder tejer el huipil que vende en su puesto, en donde predomina el rojo, el azul, el morado , amarillo, verde y naranja.

Sus precios varían entre los mil 500 a los diez mil pesos, porque son todos confeccionados a mano. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Doña Bertina, quien explicó que de la venta de estas prendas es como ha logrado mantener a sus cinco hijos, que ya están grandes y se dedican a otros oficios, pero ella no ha dejado de tejer ni de bordar.

Aunque por su edad, le complica la vista, sigue tejiendo y mostró el huipil que está por terminar, que en tela de color blanco con adornos que luce en el frente y la espalda.

Venderlos tarda mucho, pero cuando lo compran deja una buena ganancia y por eso sigo dedicándome a tejer, dejando un poco de lo que me enseñaron mis mayores allá en mi pueblo, en Zacualpan.