En medio de ataques, denostaciones y críticas, se desarrolló el debate que organizó el grupo ACA, entre cuatro de los diez candidatos a la alcaldía de Acapulco, quienes en la presentación de sus propuestas coincidieron en atacar la corrupción que hay en el Ayuntamiento porteño, la inseguridad, adelgazar la nómina, pero también arremetieron en contra del abanderado del PRI-PVEM, Ricardo Taja Ramírez.
Puntuales, Adela Román Ocampo, de Morena-PES; Joaquín Badillo Escamilla, del PRD, PAN y MC; Rubén Figueroa Smutny, de Panal y Zeferino Torreblanca Galindo, del PT, llegaron al salón de reconocido hotel en la Costera, tomando sus lugares en el estrado y debatir sobre cinco temas, la primera ronda fue sobre la presentación de sus propuestas, la segunda sobre servicios públicos, le siguió el tema de las finanzas públicas municipales, problemas específicos y varios, y, finalmente, conclusiones.
La primera ronda, en la que se les dio cuatro minutos por candidato, presentaron cada uno su plan de gobierno; fue en la segunda ronda en donde la magistrada con licencia, Román Ocampo, abrió fuego al puntualizar “conozco los problemas de los servicios públicos en Acapulco, principalmente el agua. Yo no vivo en Las Brisas o en Diamante como muchos de ustedes, en donde saben nunca hace falta el agua. Vivo en la colonia Morelos, en donde constantemente existe la falta del agua, el alumbrado público y una serie de necesidades que tenemos en las colonias populares”.
Enseguida criticó al candidato del PRI-PVEM, “no vino porque sabía que hoy se le iba decir lo que su partido a través del gobierno federal está haciendo en agravio del pueblo de México, no se vale”.
En ese mismo tema, Torreblanca Galindo habló de su experiencia cuando le tocó ser alcalde y de todos los logros que hizo, así también advirtió que si no se hace algo enérgico en la Coagua, se tendrá un colapso tan complicado como el propio problema de la inseguridad, por eso propuso reducir la nómina, aunque tengan problemas laborales y se vayan a juicio, “no se puede permitir que siga siendo botín de unos cuantos, los Galeana allá y los Galeana acá. La inseguridad no se puede resolver en 90 días, se requiere de más tiempo”.
En su intervención, Rubén Figueroa Smutny se pronunció por un manejo escrupuloso de los recursos y ser un buen administrador en el manejo del dinero; propuso disminuir el gasto corriente e incrementar los ingresos propios, adelgazando la nómina y correr a todos los “aviadores”, así como atacar la corrupción que existe en Catastro.
Joaquín Badillo, por su parte, destacó que todos saben que hay corrupción en el Ayuntamiento; aseguró que no hay “varitas mágicas ni superhéroes”, por eso gobernará con los mejores hombres y mujeres, gente que no venga a enriquecerse y que le salga el amor por Acapulco en los procesos electorales, así como que alguien se quiera colgar de una figura de un personaje para entender lo que Acapulco necesita y requiere.
El debate empezó a subir de tono cuando la candidata de Morena reprochó a Torreblanca Galindo que regresara dinero a la federación por no ejercerlo, “qué pena, habiendo tantas necesidades en Acapulco y qué pena que no viniera quien no se raja y que hoy sí”. Esto le valió una inmediata contestación del aludido, recordándole que gracias a su buen gobierno ella pudo ser diputada local.
La respuesta fue contundente de Román Ocampo, quien afirmó: “Fui diputada porque hice un trabajo excelente” y luego se fue en contra de Badillo Escamilla, al citar: “Me preocupa que Jacko quiera gobernar Acapulco con esa mentalidad de policía” y, de paso, le recordó “Adela tiene su propia trayectoria, no se cuelga de ningún personaje para figurar”.
En su turno, Zeferino Torreblanca criticó que el puerto de Acapulco sea un prostíbulo gracias a que las licencias de giros rojos se dan a diestra y siniestra, lo que le reprochó Badillo Escamilla, al señalarle que viene a presumir que va a cambiar Acapulco y cuando pudo no lo hizo “el hijo de papi”, dijo.
En respuesta, Torreblanca Galindo le reviró: “Soy hijo de papi, orgullosamente; tú eres hijo de mami, porque todo te lo maneja tu mami”.
Badillo contestó que es dueño de una empresa familiar donde no despoja a su padre de nada y matizó: “Yo sí quiero, sí puedo y sí quiero, no como el que dijo que no podía”, en alusión a lo dicho por Zeferino en alguna oportunidad en otra época.
Además, le señaló la controversia constitucional por retención de participaciones federales que promovió contra el entonces gobernador René Juárez Cisneros cuando él fue alcalde, mientras que Figueroa Smutny le recordó que como gobernador declaró que no quería ni podía combatir la delincuencia.
El mismo Rubén Figueroa cerró al asumir el compromiso que, sin pretextos, enfrentará la delincuencia y las consecuencias: “Yo también quiero y sí puedo enfrentar la delincuencia”.