Pese a la advertencia que no se iba a permitir ambulantes en la costera Miguel Alemán, jóvenes pintados de payasos se han apoderado de los cruceros y con malabares se ganan unas monedas en este inicio de Semana Santa.
Ni el inclemente sol o el desdén de algunos automovilistas que circulan por esta importante avenida, minan la férrea voluntad de estos intrépidos malabaristas, que en pareja o en solitario ofrecen este espectáculo callejero.
Pero no es casual que hayan venido a este destino turístico. No, también buscan parte de los beneficios económicos que dejará el periodo de vacaciones de Semana Santa, que inició formalmente este viernes.
Desde la vía rápida al Fraccionamiento Club Deportivo, se ve a estos singulares personajes, quienes aprovechan el cambio de semáforo para ofrecer una corta rutina, como el de hacer malabares con pelotas hasta los más complicados con machetes o cuchillos.
A la altura del hotel Crystal y calle Gómez Morín, se presenta un grupo de jóvenes, entre ellos un menor de edad, quienes forman una pirámide humana y el más pequeño va en hombros en la punta y saluda al público ocasional.
Pero no son los únicos, engrosan el grupo de vendedores informarles, los limpiaparabrisas, vendedores de botellas con agua, cubrebocas, pistachos, dulces y hasta raqueta mata mosquitos.
Esta es la postal que se está ofreciendo a los turistas, en esta temporada de vacaciones de la Semana Mayor, sin que pase nada, porque además a la par están surgiendo locales de venta de comida como el salpullido y tampoco hace nada el gobierno municipal.