Los dirigentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), se deslindaron de la gresca que provocó la cancelación del Foro de Consulta Estatal Participativa en el estado de Guerrero, al señalar que la culpa fue de los organizadores por privilegiar a los “charros” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a quienes responsabilizan por haberse aprobado la reforma educativa.
Antes, a las ocho de la mañana de este domingo, los líderes del magisterio disidente se concentraron frente a las oficinas de la delegación del ISSSTE y de ahí marcharon con dirección al Centro de Convenciones de Acapulco, donde se desarrollaría el foro.
Al llegar protestaron contra la reforma educativa, después derribaron las mallas metálicas, para apoderarse del templete en el que estarían presidiéndolo el próximo secretario de Educación del gobierno federal, Esteban Moctezuma y el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, así como la alcaldesa Adela Román Ocampo.
Para enseguida comenzar la trifulca, pero a decir de la responsable de la Comisión Política región Acapulco de la CETEG, Adolfina Bautista Vázquez, los responsables de esta agresión fueron los “charros” del SNTE y de los organizadores, pues no se dio un trato adecuado a sus compañeros y se privilegió a los entreguistas al aparato oficial.
Reiteró su repudio a la mal llamada reforma educativa y consideró una farsa el foro de consulta educativa, porque esto debe darse en el campo de batalla, en las escuelas, en donde verdaderamente se está sufriendo de carencias y de lo más elemental para cumplir con su labor docente.
Responsabilizó directamente del enfrentamiento de la CETEG y los maestros del SNTE a los organizadores que fueron encabezados por Javier Villalpando Prieto y Esteban Moctezuma, propuesto para secretario de Educación Pública en el gabinete del presidente electo de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Esto, porque no hubo respeto al dolor del estado por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y por la sangre derramada de sus compañeros, pues prefirieron invitar a los “charros” del SNTE, que nunca defendieron a sus bases y los lanzaron a la guillotina al aprobar la mal llamada reforma educativa.