Más de seis meses han transcurrido desde aquella noche del pasado 24 de octubre donde las fuertes ráfagas de más de 300 kilómetros por hora del huracán Otis, derribaron miles de arboles, afectando el camino del Cerro El Encinal ubicado en el ejido de Carabali y donde hasta el día de hoy, ha sido olvidado por las autoridades.
El parroco Juan Carlos Flores Rivas informó que tras las afectaciones por el meteoro se han dejado de realizarse las eucaristías con motivo de la Navidad, inicio del año y Semana Santa.
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“En el cerro de El Encinal, no hay acceso a través de automoviles porque no han podido encontrar personas para remover el camino, se puede subir a pie pero con gran dificultad, no hemos podido subir a celebrar misas y aniversarios”, mencionó.
El presbítero explicó que se tienen que retirar árboles y piedras que están atravesados debido a que cayeron por los vientos de Otis, así como tapar algunas zanjas que se hicieron en el ultimo tramo de terracería.
Flores Rivas dijo que ha habido personas que han sumado esfuerzos y han limpiado un poco, sin embrago, refirió que se necesita un “rastrilleo” para subir adecuadamente en vehículos ya que muchos de los fieles católicos que los acompañan son gente mayor de edad y algunas veces enfermos por lo que si es necesario que puedan subir en algún transporte.
El prelado católico lamentó que el viento por Otis haya derribado el torso y parte de una mano del Cristo Rey de la Paz, el cual es una representación religiosa de una sola pieza de una tonelada y media, que fue colocada a 690 metros sobre el nivel del mar, frente a la bocana de la bahía de Santa Lucía.
Dijo que confía que haya mejores tiempos para que puedan ser apoyados por los gobiernos municipal y estatal en dos etapas; limpieza del camino y la reparación del monumento, ya que este “es una obra viable, con diversificación del turismo en Acapulco, gran recepción a nivel nacional e internacional, concluyó.