El amor a la vida y valorar el cada día, es parte de la filosofía de don Zenaido, quien a punto estuvo de morir electrocutado en un accidente, que le provocó que perdiera su brazo izquierdo, pero esto no lo amilano, por el contrario, lo motivo a seguir adelante y seguir atendiendo su puesto de nieves.
Dedicado desde hace 40 años a preparar las nieves de diez sabores diferentes, este hombre todos los días llega con su carrito muy temprano y se instala en la glorieta de Costa Azul, en donde es ya conocido por una clientela selecta que lo buscan para degustar su producto.
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Sin perder su buen humor, pero eso sí, cuidando las medidas sanitarias y bien presentable, atiende su negocio, orgulloso refiere que esta noble profesión le ha permitido sostener a sus tres hijos, así como de seguir sacando algo de dinero para llevar el alimento a su hogar.
¿Qué le pasó en su brazo?
Tuve un accidente, con una sombrilla toqué un cable de alta tensión y recibí una descarga eléctrica, perdí parte del brazo y estuve un año en recuperación.
¿De dónde es don Zenaido?
Soy de Tlapa de Comonfort, fue ahí fue donde aprendí a preparar la nieve y las paletas con un amigo, me dedique a vender un año y junte dinero para venirme Acapulco, en el 68.
¿Entonces ya traía la receta?
Si, en el 69 empecé mi propio negocio, preparaba paletas y nieve, las vendía en la costera Miguel Alemán, donde tenía buenas ventas, pero eso si caminaba distancias largas.
¿Desde cuándo está en la glorieta de Costa Azul?
Aquí llevó ya 40 años, vendiendo diez sabores diferentes de nieve, como vainilla, limón, coco, café, mamey, queso, melón, fresa, marakuya, entre otros sabores.
¿Trabaja solo?
No, me ayuda uno de mis hijos, llegó a las 12:00 del día y levantó el negocio a las 7:00 de la tarde, pero no tenemos día de descanso, los fines de semana atiende el puesto mi sobrino y se vende también por el Copacabana.
¿Y tiene buenas ventas?
Si, la gente le gusta la nieve y lo que más consumen es el sabor de coco, de ahí el resto de mis preparados, que también están ricos. Porque son naturales.
Don Zenaido agradece a Dios el darle la oportunidad de seguir con vida y por eso, todos los días se levanta con ánimos renovados ára poder seguir con lo suyo, preparando las ricas nieves a un bajo costo para el deleite de sus clientes.