El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Acapulco, Pascual Romero García advirtió que denunciarán por delitos ambientales a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Acapulco (CAPAMA) ante la FGR, si no soluciona la falta de funcionamiento de las plantas tratadoras de aguas residuales, debido a los efectos negativos que ocasionan a la salud y a la imagen del destino de playa.
El también empresario aseguró que ninguna de las nueve plantas se encuentra funcionando al 100 por ciento, lo cual permite la degradación del equilibrio ecológico afectando a las especies de flora y fauna marina, además de que afecta la imagen del destino y al turismo que arriba a vacacionar.
Ante ello, los empresarios están buscando la aprobación de la totalidad de los integrantes de la organización para ejercer acciones penales, de las cuales están facultados, incluso llaman a otras agrupaciones, con la finalidad de tener un mayor impacto ante la Fiscalía General de la República, en donde se acudirá a interponer la demanda por delitos ambientales.
"En Acapulco tenemos 9 plantas tratadoras de aguas residuales, de las cuales dicen que servía una, pero nosotros creemos que ninguna funciona, por lo que las aguas negras se están vertiendo de forma directa al mar al 100 por ciento, entonces esto es un ecocidio que amerita que sea denunciado por delitos ambientales, porque perjudican el equilibrio ecológico", dijo.
En días pasados, pescadores de playa Olvidada, ubicada en la colonia La Mira, aseguraron que el vertimiento directo de aguas residuales por la planta de tratamiento establecida en este lugar ha provocado la disminución de especies marinas, además, empresarios de Pie de la Cuesta han informado de quejas recurrentes del turismo, sobre los malos olores que ocasiona el vertimiento de aguas negras a la laguna de la zona poniente, también ocasionadas por la falta de funcionamiento de la tratadora.
Ante ello, Romero García aseguró que cualquier organización debidamente establecida puede sumarse al reclamo, para con ello evitar que la imagen del destino se manche más por la presencia a nivel nacional e internacional y, por ende, el turismo se vuelva a ver en decadencia.