Lo que ocurrió en Acapulco el 25 de octubre de 2023 fue más que una tragedia, esto a causa de los efectos del cambio climático que cada vez más atraerán más desastres. En tan solo 12 horas el huracán Otis pasó de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría 5. Actualmente el puerto se encuentra bajo el desastre que ocasionó hace un mes “John”.
En la historia de los fenómenos naturales en México, el puerto guerrerense ha sido víctima de estos. Primero, sufrió con Paulina en 1997, el cual cumplió 28 años que dejó inundado el bello destino de playa, años más tarde Ingrid y Manuel en 2013, afectó La Diamante, zona exclusiva de condominios y hoteles construidos sobre lagunas y ríos.
Luego de 10 años, Acapulco enfrentó “Otis” huracán de categoría 5 que registró vientos de más 300 km/h que destruyó totalmente al puerto de Acapulco. A un mes de cumplirse el primer aniversario de “Otis”, se registró “John” que registró lluvias intensas que provocó inundaciones y deslaves, otra vez causó un desastre.
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La nueva realidad del cambio climático continúa desarrollando eventos catastróficos en las costas del Pacifico, especialmente en el puerto guerrerense se ubica en el punto estratégico del calentamiento de los océanos, esto a causa del aumento de la temperatura del planeta, señalaron, oceanólogos y ambientalistas.
Para el oceanólogo Efrén García Villalvazo consideró que el calentamiento de los océanos es el factor principal para que los huracanes sean cada vez más fuertes y más frecuentes, como sucedió hace un año con “Otis” y hace un mes con “John”.
“Debe existir una participación de la comunidad en el cuidado de los océanos y cuidado de tierra firme, así como de lagunas, ríos y playas”, indicó.
También, sostuvo que el fenómeno del calentamiento de los mares ha ocasionado repercusiones en la naturaleza marina, sobre todo el desarrollo de huracanes sobre las costas de Guerrero y que deben analizarse de manera profunda.
Por otro lado, el ambientalista Saulen Justino Román, consideró que la contaminación de los océanos ha ocasionado eventos naturales “catastróficos”, como sucedió con “Otis” y recientemente con “John”.
Otis y el cambio climático
A las 12:30 horas de la noche del 25 de octubre, Otis tocó tierra en el puerto de Acapulco, como huracán de categoría 5, con vientos máximos de más de 270 km/h.
En este sentido, en menos de 24 horas, Otis pasó de ser tormenta tropical a huracán de categoría 5, el máximo grado en la escala Saffir - Simpson, quien rompió récords históricos como ser el ciclón más intenso en tocar tierra en Guerrero y en la cuenca del Pacífico.
Los meteorólogos consideraron que el huracán rápidamente se intensificó en las costas mexicanas, que estos eventos no son “fuertes ni aislados” y es una evidencia científica que muestra una relación de la crisis climática con la intensificación de estos fenómenos meteorológicos extremos.
Además, evidenció la ausencia de una política climática para la prevención y reducción de riesgos de este tipo de desastres, las cuales se mantienen pendientes por parte de las autoridades estatales y municipales.
En diciembre de 2023, se publicó en el Periódicio Oficial del Gobierno del Estado de Guerrero, donde se actualizó el marco jurídico de la construcción de la entidad y los municipios de Guerrero, luego que no habían sido actualizados por más de 30 años.
“Este fenómeno meteorológico dejó en claro que lo ocurrido en Acapulco en materia de construcción, es lo que no se debe hacer, ya que el uso de materiales ligeros, como elementos estructurales, no garantizan la seguridad y estabilidad de las mismas”, argumentó el documento.
Hace un mes se registró otro huracán “John” el cual afectó la mayor parte del estado de Guerrero, especialmente Acapulco, que provocó deslaves e inundaciones ocasionando la afectación de más de 100 mil habitantes que vivían sobre zonas de inundación y alto riesgo, sobre todo evidenció los vicios de los problemas estructurales del bello puerto.