Cambia la bohemia por el olor a pan

"Checo" cerró su cabaña-bar en la avenida Escénica, con un mal sabor de boca por dejar sin trabajo a sus empleados.

Celso Castro Castro | EL Sol de Acapulco

  · miércoles 22 de julio de 2020

Foto: Cortesía | @checogodinez

"El incierto panorama para los propietarios de bares, que cumplen casi cuatro meses cerrados, debido a que el colapso pandémico por el Covid-19 sigue latente, los obliga a experimentar con nuevos oficios, como cambiar las noches de bohemia y copas preparadas por el calor del horno y el olor a pan humeante.

Esta es la experiencia del empresario y propietario de un bar, Sergio Godínez Maldonado, hombre de retos y tenaz emprendedor, que le gusta mirar hacia adelante y no despotricar en contra de quienes insisten en ir en contra de las medidas que recomiendan los especialistas para reducir la letalidad del Coronavirus.

Foto: Cortesía | @checogodinez

Abel Miranda Ayala | El Sol de Acapulco

En breve entrevista, dijo que atendiendo al llamado que les hicieron las autoridades de los tres niveles de gobierno y coadyuvar con las medidas preventivas para doblar la curva de contagios, cerró su cabaña-bar, ubicado en la avenida Escénica, el cual inauguró en el mes de septiembre pasado, con un mal sabor de boca por dejar sin trabajo a sus empleados.

A casi cuatro meses de no poder reabrir, ha tenido que incursionar en una actividad que no conoce, pero que a golpe de insistencia está aprendiendo, como el amasar la harina y combinarla con los ingredientes de su propia receta, así como los tiempos que se le tienen que dar en el horno y aprender a no quemarse los dedos al sacar los panquecitos ya doraditos.

Orgulloso, dice que este noble oficio le ha ayudado a afrontar la crisis económica y de la venta que le hacen por pedido, mantiene a los nueve integrantes de su familia, compuesta por seis hijos, su esposa y la autora de sus días, cuyo aporte en la elaboración de su producto ha sido fundamental para ser bien recibido por la gente.

Foto: Cortesía | @checogodinez

Este tenaz emprendedor, Godínez Maldonado, mejor conocido como "Checo" Godínez, no ha cambiado su actitud de trato y sencillez, a pesar de que la experiencia de estar inactivo y no recibir ningún tipo de apoyo por parte de las autoridades, por un momento lo llevó a desesperarse, pero tener el soporte de sus seres queridos ha sido vital para no rendirse.

Es así, como en su domicilio ubicado por Cumbres de Figueroa, construyó su cocina y un pequeño horno en el traspatio, ante la imposibilidad de poder abrir un nuevo negocio, cubrir los gastos y el papeleo, que es muy difícil y complicado en estos momentos, por lo que no lo pensó dos veces dedicarse a vender panquecitos y los domingos preparar barbacoa de res.

El proceso ha sido lento, pues recuerda que empezó horneando 20 panquecitos y en estos momentos prepara 100, con el reto de seguir creciendo y dándole su propio sello, “preparamos de piña, de rebanada de queso, de chocolate, chocoqueso, zarzamora, cerezas, nuez castaña y coco”.

Una elaboración distinta se aplica en la barbacoa de res, que es otro producto que tuvieron que aprender a guisar y ofrecerlo a su clientela, que afortunadamente también fue bien recibido, tan es así su éxito, que ahora han incorporado a sus empleados del bar para trabajar en su nuevo negocio.

"Checo", recordó que todo su capital lo invirtió en su empresa de avenida Escénica y tenía confianza en poder recuperarse en el periodo de vacaciones de Semana Santa, pero la pandemia truncó toda posibilidad de tener ganancias, esto lo dejó sin recursos y tuvo que explorar en nuevas formas de ganarse la vida, “porque quiero que mis nietos y mis hijos sigan en Acapulco, por eso me quedé y le sigo apostando a la innovación”.

Foto: José Francisco Zorroza | El Sol de Acapulco

Aceptó que le duele la indiferencia de las autoridades, porque sin apoyo muchas empresas no van a poder abrir y otras se irán en busca de mejores condiciones para operar, en su caso seguirá adelante con su nuevo proyecto y dándole su mejor cara a la vida, “porque a mí no me avergüenza dedicarme a hornear el pan o cocer la barbacoa de res, lo hago con gusto y más cuando salgo a vender, porque compré mi propia moto con la venta de mi automóvil, para hacerla de repartidor”.

Insiste, que es lamentable que las autoridades no los apoyen, porque no sólo los obligan a mantener cerrados sus negocios, sino que les obstruyen toda posibilidad de ganarse honradamente unos pesos, “porque tratas de vender algo y de inmediato te quitan tu materia prima, por eso grupos de ciudadanos están saliendo a protestar y a gritarle al gobierno municipal, si no me ayudas no me jodas”.

“Déjame decirte algo, en nuestro caso personal, mientras tengamos manos y pies, el no puedo no existe y rendirse no es una opción, al contrario, es una oportunidad de demostrarnos que tenemos la capacidad y el potencial para salir adelante”, apuntó.