Afectado por la diabetes y problemas en el riñón, el secretario general del sindicato Gastronómico de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Raúl Ramírez Gallardo, cayó en cama pero no se rinde y está dispuesto continuar la huelga en el restaurante Beto Condesa, "hasta el último aliento".
A pesar de su estado de salud, el dirigente obrero reveló que sus niveles de azúcar bajaron y sufrió un desvanecimiento, que lo obligó a retomar de nuevo su tratamiento médico, por eso está en cama sin poder moverse.
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Sin embargo, precisó que esto de ninguna manera significa que va abandonar el movimiento de lucha y seguirá atento a los procedimientos legales que llevan a cabo sus abogados hasta que liquiden a sus 26 compañeros conforme a la ley.
Reveló que el procedimiento de embargo del restaurante Beto Condesa se estancó porque les notificaron en la Junta de Conciliación y Arbitraje, que no es posible porque la colocación de las banderas rojinegras fue por el incumplimiento de dos compromisos que no cumplió el patrón Héctor Rodríguez Escalona.
El líder obrero ante esta situación, dijo que ahora enfocaron su lucha legal ante el gobierno federal, toda vez que el empresario reportó que pagaba sueldos arriba del salario mínimo y no fue cierto, por ello piden una revisión al IMSS, Infonavit y el SAT.
También mantienen su petición a las autoridades que cancelen la concesión y que se convierta en ventana ecológica para que el gobierno del estado la rescate y sea quien los indemnice; "se nos está acabando la vida, somos personas de la tercera edad, por eso le pedimos a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, que no nos abandone", dijo el líder cetemista.