Durante más de un mes, los Bomberos de Acapulco trabajaron a marchas forzadas para ayudar a reactivar la movilidad de una ciudad, que fue totalmente devastada por la fuerza del huracán Otis la noche del martes 24, por lo que apenas comienzan a gestionar apoyos para reparar los daños en sus viviendas.
Los Bomberos pusieron por encima de sus propias necesidades y los daños que también les dejó Otis en sus casas, las de miles de familias acapulqueñas y de la ciudad que quedó paralizada ante los cierres de carreteras, árboles caídos, deslaves, postes derribados y los cables de energía eléctrica que también bloquearan el libre paso en todo el puerto.
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Los tragahumo como también sin conocidos, salieron a las calles con el poco equipo de trabajo con el que cuentan para proceder a retirar todo lo que el huracán dejó a su paso en las poco más de horas que azotó con todo su poder a este destino de playa, que aún no se ha estabilizado al 100 por ciento.
Luego de un mes y de haber sido parte fundamental para reactivar la movilidad de la ciudad, los Bomberos de Acapulco, empezaron su peregrinar al atender los daños que el huracán Otis, les dejó de manera personal y familiar.
Las gestiones para buscar los apoyos necesarios por parte de los llamados tragahumo, iniciaron con tinacos, ropa y despensas que también les fueron necesarias para mitigar parte de las afectaciones.
Raúl Noyola Rocha, encargado de los Bomberos en Acapulco, dijo que fue todo un mes muy complicado, porque fueron días en que los tragahumo, abandonaron sus casas y familias para estar en la labor de la reactivación de la ciudad, de la ayuda y del rescate de personas.
"Días muy complicados los que vivimos porque en un mes los compañeros, se quedaron aquí en la subestación, se olvidaron de familia y de los daños en sus casas y fue más difícil para diez bomberos que prácticamente, perdieron todo por el huracán Otis", dijo.