Uno de los oficios con mayor historia en Acapulco está a punto de extinguirse, es el de los boleros, quienes a duras penas llevan el sustento a sus hogares al atravesar por una crisis ocasionada por la remodelación del Zócalo de la ciudad y la violencia.
Cabizbajo por la situación que atraviesan todos los boleros, Evaristo García Mayo, líder del sindicato de Lustradores de Calzado del Zócalo de Acapulco, aseguró que sus ganancias han disminuido hasta en un 85 por ciento desde que el Gobierno Federal los dejó fuera de la remodelación de su lugar de trabajo.
Señaló que desde aquel entonces han sufrido un engorroso penar con distintas dependencias de gobierno en búsqueda de la reconstrucción de sus sillas “panorámicas”, las cuales daban una vista singular y atraían muchos clientes para dar grasa a sus zapatos.
“Pues yo creo que este noble oficio sí está en peligro de extinción, así como vamos hay días que no sacamos ni siquiera 50 pesos, pero nos queda seguir chambeando, aunque los gobiernos no nos quieran siquiera mirar”, señaló.
En su caso particular, señaló que los bajos ingresos fueron el detonante del desmoronamiento de su hogar, debido a que esposa optó por dejarlo cuando no pudo costear los gastos de una casa, mientras que muchos han optado por diversificar su oficio alternándolo con otros como la albañilería, plomería, entre otros.
Son en total 25 boleros los que conforman la asociación, quienes sobreviven en sillas con sombrillas improvisadas que se confunden con las decenas de comercios semifijos tolerados por el gobierno municipal.