Además de ser Guerrero un estado con un alto índice de pobreza, marginación y una desigualdad social, esta entidad también sufre de un alto índice de jóvenes que emigran a otras ciudades del país en busca de tener mejores oportunidades de vida.
De acuerdo a catedráticos e investigadores académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), la llamada fuga de cerebros en este estado suriano es un problema que año con año se aumenta de forma considerable, sobre todo en los dos últimos años en donde la pandemia del Covid-19, ocasionó el cierre de miles de fuentes de empleo en todos los rubros productivos.
Desde el 2017, de acuerdo a estudios universitarios, la fuga de cerebros empezó a registrar un mayor porcentaje, en esta ocasión se registraron más de seis mil jóvenes entre hombres y mujeres que salieron de Guerrero a buscar mejores fuentes de empleo y una mejor remuneración económica por la mano de obra que realizaran en los lugares donde empezaran a radicar.
Guadalupe Saligán Colón, catedrático de la UAGro, manifestó que este problema de fuga de cerebro no es nuevo en Guerrero, pero si ha tenido un incremento muy considerable en cuanto al número de jóvenes que emigran a otras ciudades del país, incluso a sitios de Estados Unidos y de Canadá donde esperan tener una mejor calidad de vida a través de la mano de obra que realizaran.
“Ahora la situación es más complicada, debido a que por la falta de trabajo y el poco ingreso económico que se tiene en el estado por una jornada de trabajo diaria, los jóvenes con edades que van desde los 18, 25 y 30 años de edad, se van y dejan a sus familias, en ocasiones sus estudios para buscar una mejor vida en otros lugares, muchos lo logran otro tantos no, pero la necesidad los obliga a salir de su lugar de origen sin saber que les podría esperar a donde llegan”, expresó el catedrático universitario.
Manifestó que, en este momento, no se tiene una cifra total de cuántos cerebros se han fugado de Guerrero, pero se podría considerar que del 2020 al 2022 a consecuencia de la pandemia del Covid-19, el número de jóvenes que han emigrado podría rebasar los mil 500 a dos mil.
Lamentó que, en Guerrero, se esté dando este fenómeno de fuga de cerebro, por la falta de oportunidades de empleos y por el poco interés de le dan las autoridades a este sector de la población para ayudarlos a mantener su mano de obra no sólo en el estado sino a nivel nacional.
Saligán Colon, expresó que, a través de la Universidad Autónoma de Guerrero, se han presentado algunos proyectos como la generación de fuentes de empleo en distintos ámbitos como el turístico y en el desarrollo rural, los cuales podrían servir para disminuir el problema de la fuga de cerebros en el estado.
Cabe señalar que por lo menos el 80 por ciento de los jóvenes que emigran a otros puntos del país o a los Estados Unidos y Canadá, cuentan con una licenciatura terminada, mientras que el 20 por ciento restante, son personas de 18 a 25 años de edad, que provienen de lugares marginados o con una mayor pobreza como la zona del campo.