Fritangas, artículos de playa, artesanías, entre otros productos, abarrotan las principales playas de la zona dorada y tradicional del municipio de Acapulco, debido al incremento de hasta el 50 por ciento del comercio informal en la franja turística durante la temporada alta.
Son hombres, mujeres y niños que recorren diariamente la franja de arena bajo las inclemencias de los rayos solares, cargando del hombro mercancía diversa que revenden para ganarse la vida y llevarse el pan a su hogar, los cuales no se encuentran regulados por la autoridad municipal y federal.
De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur), durante cada temporada alta, ciudadanos de comunidades alejadas del estado de Guerrero y algunos provenientes de la Ciudad de México, llegan a Acapulco para realizar comercio informal en playas y calles, los cuales son permitidos por la dirección de Vía Pública y la Profepa.
"No podemos decir que estamos en contra de los comerciantes ambulantes porque al final de cuentas buscan un empleo digno con el cual mantener a su familia, pero si es necesario que se trabaje en la formalización de los mismos, para que tengan certeza jurídica y también aporten con el pago de impuestos como debe ser", mencionó.
Resaltó que esta actividad llega a causar molestias entre los turistas que disfrutan del mar y el sol, por lo cual se debe establecer un trabajo conjunto para regularizarlos e imponerles medidas que no afecten a los bañistas y que al mismo tiempo eviten que representen competencia desleal para los negocios establecidos.