Arquitectos de Guerrero urgieron a construir “búnkers” contra huracanes en viviendas, hoteles y edificios comerciales para proteger a ciudadanos y turistas.
El presidente del Colegio de Ingenieros Arquitectos del estado de Guerrero AC. Alfredo Felipe Avilés, manifestó la necesidad de tener un refugio que proteja de manera temporal a las personas durante desastres naturales.
“Ya con la experiencia que hemos vivido con los sismos y ahora con un huracán sí será necesario hacer esta especie de búnker para protegernos” enfatizó.
La Enciclopedia Britannica define a un búnker como una construcción de hierro y hormigón que se encuentra principalmente bajo tierra y se utiliza para mantener a los ciudadanos; lo utilizan los soldados para mantenerse a salvo de ataques durante las guerras.
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Por otro lado, Alfredo Felipe Avilés manifestó también la necesidad de realizar estudios, valoraciones y análisis de cuáles son los materiales adecuados para construir en Acapulco, luego de que edificios, centros comerciales y viviendas quedaron evidenciados con el impacto del huracán Otis y pusieron en riesgo el patrimonio y las personas.
Hizo un llamado a modificar y actualizar el reglamento de construcción en el municipio, y que la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas exija en el trámite de una licencia de construcción, que la empresa que la realizan, presente de forma general cómo se va a llevar a cabo la construcción de ese edificio o esa vivienda.
“Nos pasa con los edificios u hoteles que fueron construidos con un sistema de estructura de acero pero que fueron cubiertos con material ligero como el durock, tabla roca, que no resistieron los fuertes vientos de este huracán Otis, es necesario hacer una valoración general y analizar cuáles son los materiales adecuados, recopilar las experiencias de otras ciudades que ya sufrieron estos tipos de fenómenos traer materiales y sistemas constructivos que ayuden a salvar el patrimonio y vidas”, destacó.
El especialista en construcción dijo que a partir de este fenómeno se tendría que analizar la fuerza del viento para construir, ya que en esta ocasión se rebasaron los 300 kilómetros por hora, cuando antes se calculó como máximo a los 250.
Manifestó que el huracán vino a evidenciar las deficiencias en el reglamento que ya se arrastraban y que fueron visibles con el sismo del pasado 7 de septiembre de 2021.
“Hay empresas que construyen en otros estados o ciudades con ciertos tipos de materiales, que en esa localidad dieron resultados, y que piensan que en otras regiones van a dar el mismo resultado, pero no es así, cada región tiene sus características climáticas y es cuando se aplican y fallan”.
Asimismo aseguró que es necesario implementar refugios seguros e invertir en cursos y programas de protección civil en sitios masivos como hoteles con planes integrales específicos para huracanes, donde los trabajadores sepan por dónde caminar y llevar a las áreas seguras a los ciudadanos.