El puerto de Acapulco está siendo asfixiado por los ambulantes, quienes ante la indiferencia de las autoridades, se apoderan de calles y avenidas, provocando que se reduzca la movilidad de turistas y residentes.
A unos días del periodo de vacaciones de Navidad y Año Nuevo, la ciudad se está quedando sin espacios, en diferentes puntos surgen de la noche a la mañana puestos semifijos de venta de comida, aguas frescas y de artículos "piratas".
En un recorrido realizado por la avenida costera Miguel Alemán, se observó que no hay espacios para estacionarse que no controlen los "viene, viene" y los cobros van desde los 10, 20 y 50 pesos, dependiendo el tiempo que tarde el propietario del vehículo.
Cabe señalar que estos personajes colocan desde cajas de madera, plástico, piedras o cubetas, para impedir que alguien se estacione sin su permiso, incluso, ante el vacío de autoridad, llegan a las amenazas de ponchar un neumático o de rayar la carrocería.
En lo que respecta a los puestos de comida, se instalan en los mejores sitios a pesar de las protestas de los propietarios de restaurantes, que aparte de que representan una competencia desleal para sus negocios, bajan sus ingresos porque acaparan a la clientela.
Son cientos de ambulantes que han encontrado en Acapulco, un auténtico paraíso para dedicarse a la vendimia de todo tipo de artículos, incluyendo puestos de venta de bebidas alcohólicas, principalmente, cervezas, que trabajan a la vista de todos sobre la costera Miguel Alemán y la zona de playa.
En la franja de arena los comerciantes informales venden desde ropa de playa, pescadillas, mangos, hamacas, figuras de santos, paletas, bronceadores, mariscos, fruta, hasta animales en peligro de extinción, todo se puede encontrar sin problemas.