Ambientalistas advirtieron sobre el inconveniente de tratar de sofocar el incendio forestal que consume al Parque Nacional El Veladero, con agua de mar, por el daño que le puede provocar a la reproducción de la flora que ha sido reducida a cenizas por las llamas.

Bernardo Salas Roldan y Mónica Corazón Gordillo, coincidieron que las maniobras que realiza el helicóptero de la Marina con el elibalde llevando agua de mar para combatir el fuego, no es lo mejor por el daño que esto le ocasionará al suelo.

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En primera instancia, Salas Roldán, lamentó que se este perdiendo parte del pulmón natural de la ciudad por la irresponsabilidad de unas personas que invadieron esta zona protegida y prendieron fuego sin ponerle cuidado.

Reconoció la gran labor que realizan los brigadistas, pero cuestionó que se éste llevando agua de mar para combatir el incendio forestal en la parte alta de la colonia Dragos, que lleva ya cinco días activo y con riesgo de extenderse.

En su opinión el helicóptero que realiza las maniobras de sofocación debería de llevar agua de la laguna y con esto estaría contribuyendo a generar las condiciones para que se reproduzca con mayor celeridad las plantas endémicas de esta área protegida.

Por su parte, Mónica Corazón Gordillo, coincidió que es lamentable que cientos de especies vegetales se hayan perdido por el fuego, por eso consideró urgente que se gestione que entre en operaciones otro helicóptero para impedir que se siga dañando el Parque Nacional El Veladero.

Indicó que la vegetación predominante es la conocida como selva caducifolia, integrada por diferentes especies, como tepehuaje, bonete, cazahuate y pochote; en la serranía se localizan áreas de bosque de pino y encino, que desgraciadamente ya no se va a recuperar.

Por eso urgió a las autoridades de los tres órdenes de gobierno que una vez que se controle el incendio forestal, se ponga en marcha un programa de reforestación para evitar que en las primeras lluvias haya riesgos de deslaves.

También se pronunció para que no se siga usando agua de mar en el combate al siniestro y que se utilice agua de las lagunas, para coadyuvar en la recuperación de las especies nativas que se perdieron por el siniestro.