Por más de dos meses locatarios de la calzada Pie de la Cuesta comercializan sus productos bajo fétidos olores por las aguas negras que salen de una alcantarilla que se ubica en medio de la vialidad frente al panteón San Francisco.
El problema no solo afecta a los comerciantes de la zona, sino a ciudadanos que esperan todos los días sus unidades de transporte en las “paradas” establecidas, así como automovilistas que circulan por el lugar.
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El empleado de una refaccionaría dijo que dicha contaminación se generó después del paso del huracán Otis, y en dos ocasiones acudieron personal de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA), a tratar de repararla, sin lograr resultados positivos.
El constante derramamiento de aguas negras ha generado baches en la carpeta asfáltica, lo cual impide transitar de manera fácil a automovilistas, generándoles afectaciones en sus unidades motrices.
Los escurrimientos se esparcen en toda la calzada llegando hasta calles aledañas y dificultando el caminar de los peatones.
Los locatarios hicieron un llamado al gobierno municipal para que a la brevedad se retomen los trabajos y se eviten esos olores nauseabundos que durante el día les genera constantes dolores de cabeza y náuseas.