Cada 5 de enero, para niñas y niños de todos los extractos sociales, es un día especial para escribir su cartita y colocarla al pie del árbol de navidad o en su zapato, para pedir a los Reyes Magos, el juguete que anhelan.
Esta tradición, por desgracia se ha ido perdiendo, pocos son los que todavía creen en estos míticos personajes, que de acuerdo a la Biblia, venían de oriente.
Son Melchor, Gaspar y Baltazar, los tres reyes magos que llegaron a Belén, guiados por la estrella del oriente, para regalar al hijo de Dios, oro, incienso y mirra, según el evangelio de Mateo.
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A partir de ese momento nació la tradición de que los reyes magos, interpretados por los padres, les regalaran un juguete a sus hijos, previa carta en la que pedían el juguete de su elección.
Las niñas y niños, se iban a descansar temprano y aunque algunos trataban de mantenerse despiertos, para ver a Melchor, Gaspar y Baltazar, al final sucumbían por el cansancio y al despertar hallaban algún juguete, aunque no era el que pedían en su cartita.
Lamentablemente, está tradición corre el riesgo de perderse, las nuevas tecnologías han ido desapareciendo está tradición, aunque aún algunos padres de familia tratan de mantener la ilusión en sus hijos.
Por otra parte, esto, no sólo mantiene en el colectivo este festejo, sino también mueven la economía, tanto formal como la informal, porque los "reyes magos" acuden año con año a comprar los regalos a sus pequeñines.