La producción de combustibles en la refinería de Salamanca se encuentra en caída libre debido a la descompostura, fallo y suspensión de cuando menos 20 procesos críticos en octubre y que, revelan los reportes internos de la planta, responden a la pobre ejecución de trabajos de reparación y mejora establecidos para este año.
De acuerdo con los documentos a los que tuvo acceso El Sol de México, los problemas de la refinería son causados por la suspensión sistemática de concursos para contratar trabajos de mantenimiento.
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La refinería la dirige Fidel Vizcaino, quien controla y maneja los contratos. En el último año, los criterios usados han provocado crecientes “paros no programados” que afectan el núcleo operativo de la instalación. La planta catalítica está fuera de operación desde el 27 de octubre al presentar calentamiento en su sello y filtros taponados por uso constante y corrosión. Este problema, de acuerdo con los informes, responde a que en julio, Sócrates Contreras, superintendente de planeación de la refinería; y Pedro Ortiz, su operador, decidieron declarar desierta la licitación para mantenimiento y reparación y postergarla hasta marzo o abril de 2021.
Contreras y Ortiz controlan la asignación de contratos. Además, de acuerdo con los informes, las dos plantas recuperadoras de azufre U-12 Tren Norte y U-12 Tren Sur están fuera de operación, la primera desde la semana pasada y la segunda desde principios de octubre.
También quedó fuera de operación la Planta Hidrodesulforadora de Destilados Intermedios U7 por fugas de aceite y corrosión, así como el paro por desgaste de la planta catalítica FCC, pero cuya reparación se habría postergado hasta 2021.
ASÍ OPERAN
La subgerencia de optimización de la planta, a cargo de Daniel Lira, está enfrentada con el grupo de Sócrates Contreras.
Representantes empresariales de Salamanca que piden el anonimato explicaron cómo opera al que denominan “Cártel RIAMA”. Primero, hay una cancelación de procesos de licitación, la decisión es tomada por Sócrates Contreras.
Las empresas favorecidas son Asesoría Técnica y Servicios Industriales (ATSI), de Edgardo Argaez; y Grupo Norcen, de Francisco Padilla. Si la oferta económica de estas empresas no era la mejor, se declaraba desierta para darles una segunda oportunidad, aunque implicara rezagar trabajos urgentes en la refinería.
Cuando se hizo evidente ese proceso a modo ante los Órganos de Control, Contreras cambió el sistema a la licitación en dos etapas, donde la oferta económica queda reservada para no revelar los precios de los competidores, mientras que la oferta técnica es analizada.
ATSI y Norcen multiplican hasta cinco veces sus contratos y aumentan entre 30 y 50 por ciento sus precios.
La motivación de Contreras y Ortiz para efectuar tales procedimientos no son conocidas abiertamente, aunque entre el sector empresarial de la región se comenta que se trata de un intercambio de favores que implicaría el pago de 12 por ciento sobre el valor de los contratos.
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