Durante un cuarto de siglo, Fundación Quiera, la instancia de asistencia social de la Asociación de Bancos de México (ABM), ha apoyado a 289 mil niños y jóvenes trabajadores o en situación de riesgo de calle con programas enfocados en educación, inserción laboral y salud, apoyados principalmente por la banca mexicana.
En este tiempo, el organismo ha invertido 386 millones de pesos en organizaciones que apoyan a menores con esta problemática. De estos recursos, alrededor de 70 por ciento son aportados por instituciones financieras, según explica.
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Carmela Pírez, directora general de esta fundación creada por la Asociación de Bancos de México (ABM). En entrevista con El Sol de México, previa a la 82 Convención Bancaria, la directiva asegura que los bancos tienen “una conciencia social importante”. Prueba de ello, dice, son las inversiones que realizan desde sus propias fundaciones y, como gremio, a través de Quiera.
Pírez refiere que el total de los ingresos de la fundación, que en 2017 sumaron 36.2 millones de pesos (10 por ciento más que el año previo), proviene de la iniciativa privada, y siete de cada 10 pesos son aportados por las instituciones financieras, al tiempo que el resto de los recursos son generados por alianzas con empresas.
Pero el trabajo no lo hacen solos, Quiera se apoya en una red de asociaciones que se enfocan en menores vulnerables, las cuales suman 59 en 18 estados del país.
Durante la Convención Bancaria, que se realizará el 21 y 22 de marzo en Acapulco, Guerrero, la Fundación presentará su reporte correspondiente a 2018, así como una campaña de procuración de fondos.
¿Cómo empata un gran negocio como el bancario con el trabajo de Fundación Quiera?
Los bancos, como gremio, están sumando esfuerzos y recursos para que trabajemos en beneficio de una de las poblaciones más vulnerables del país.
Es importante saber que los bancos no solo tienen, cada uno de ellos, inversiones en sus propias fundaciones y áreas de responsabilidad social, sino que además entre todos están sumando esfuerzo como gremio para apoyar a Fundación Quiera.
Es el único gremio que tiene su propia fundación que atiende a organizaciones de la sociedad civil, y estamos apostando a trabajar hoy en mejorar las condiciones de vida y el desarrollo de niños y jóvenes en situación realmente muy vulnerable.
Los bancos tienen una conciencia social importante. No sólo hacen una aportación importante en su negocio, también hacen mucha inversión en términos de responsabilidad social.
¿De cada peso que le entra a un banco cuánto destinan a estas acciones?
Es un tema de negocio de los bancos que no estoy en condiciones de contestar, pero lo que puedo decir es que cada peso que llega a Fundación Quiera va completo a la atención de niños y jóvenes.
¿Cómo ha venido creciendo el apoyo de los bancos a Fundación Quiera?
Todos los bancos nos dan al año una cuota anual que se calcula en función a su valor y cartera, y todos los años crece. Es un monto significativo y depende de cada banco.
¿Qué nos puede adelantar sobre el cierre de 2018?
En términos de inversión directa en torno a las Organizaciones de la Sociedad Civil estamos creciendo 20 por ciento.
Es importante mencionar que a partir de 2018, la nómina, así como todos los gastos operativos y administrativos de la Fundación, los absorbió la ABM.
Entonces, además de que nuestros ingresos fueron mayores al año anterior, nuestros gastos fueron menores.
Este diferencial lo invertimos todo de manera directa a proyectos sociales con nuestra red de asociaciones.
¿Cuáles son las metas de la Fundación para este año?
Tenemos metas para cada una de nuestras áreas estratégicas y también por proyectos, y este año estaremos cofinanciando más de cien proyectos.
Algo importante que vamos a consolidar este 2019 es un proceso de evaluación de las instituciones a las que apoyamos.
Todas las organizaciones que forman parte de nuestra red, las estamos evaluando con una metodología propia y, en función a eso, se van a desarrollar planes individualizados a tres años, de esta forma estamos haciendo una inversión de recursos mucho más efectiva.
¿El anuncio del gobierno de cortar apoyo a las ONG impacta a las asociaciones con las que trabajan?
Sí puede impactar a organizaciones que reciben recursos del gobierno, pero algo importante a mencionar es que todas las organizaciones hacemos procuración de fondos y en general tenemos diversificación de fuentes de financiamiento, ése es el factor clave. Yo esperaría que ninguna esté en riesgo grave, no tengo la información específica. Nosotros vamos a continuar trabajando con todas nuestras instituciones y tampoco hemos escuchado de ninguna que esté en riesgo su trabajo.
¿Cuál será el papel de la Fundación y los bancos en un sexenio donde el gobierno prioriza la asistencia social?
Creemos mucho en la prevención. Los niños y jóvenes que están en la calle es por algo, entonces la idea es que no lleguen a la calle.
Estamos invirtiendo muchos recursos en trabajar con las familias, en darles herramientas para ir mejorando la relación.
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¿Cómo perciben desde la fundación el cambio de ciclo en la ABM?
A título personal lo veo como una oportunidad de crecimiento, de aprendizaje, de adaptarse, de ser flexible al cambio.
Yo le reporto a la presidenta de la fundación (Alicia Mackissack, en el periodo 2017-2019) y cada dos años tengo este cambio, que lo veo como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Algo muy importante es que la organización no cambia. Nosotros trabajamos por los niños y jóvenes más vulnerables del país y eso no cambia con los relevos.
