Ver llorar a la Virgen, una de las experiencias de Doña Cruz

Doña Cruz platica con las imágenes religiosas que repara porque asegura que son como enfermos que se curan en los hospitales

Abel Miranda | El Sol de Acapulco

  · viernes 22 de diciembre de 2023

Doña Cruz o la Güera inició en el negocio de artículos navideños hace más de 30 años cuando se construyó el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla. / Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco

Sus manos deslizan suavemente un pincel sobre la cara del Niño Dios, poco a poco se cubren las cuarteaduras que una caída ocasionó en la imagen. La mujer susurra en voz baja "vas a quedar muy bien, ya pronto estarás en tu casa disfrutando de tu fiesta en Navidad".

Doña Cruz Fierros García tiene que platicar con las imágenes que repara porque dice que son enfermos que se curan como lo hacen las personas en los hospitales, incluso asegura que en una ocasión la Virgen lloró frente a ella.

Doña Cruz o "La Güera", como todos la conocen, inició en el negocio de artículos navideños hace más de 30 años cuando se construyó el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, uno de los artículos que más vendía son las imágenes del Niño Dios mismas que traía desde la Ciudad de México y en los viajes ocurrían muchos accidentes que dañaban la mercancía.

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"Se rompieron muchos Niños Dios por eso busqué como repararlas y me enseñaron cómo mezclar pinturas para igualar colores, como hacer pastas de cemento y adhesivos que se peguen y muchas otras cosas que fuimos aprendiendo conforme se presentaban situaciones que atender".

La mujer explicó que trabajar con las imágenes le ha permitido tener más fe y saber que los milagros existen. "Hace cuatro años mi hijo fue desahuciado, estaba en coma y sin posibilidad de sobrevivir; le pedí al Señor Santiago, al que siempre le he pedido que me ayudara, mi hijo vive en una silla de ruedas, pero ya tiene movimiento, come sólo y ha mejorado como los médicos no creían que pudiera ocurrir".

Han tenido trabajos muy complicados a los que llama rompecabezas, es cuando una imagen se despedazó en muchas partes y tiene un valor especial para los dueños. / Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco


"La Güera" ocupa un espacio en el estacionamiento del mercado, asegura que muchas veces la han tratado de quitar, pero sus mismos compañeros la defienden porque este espacio es lo único que tiene y de donde obtiene para mantenerse a ella y a su hijo inválido.

Reparar las imágenes es además de un trabajo, un regalo de Dios, le han tocado trabajos muy complicados a los que llama rompecabezas, esto es cuando una imagen se despedazó en muchas partes y tiene un valor especial para los dueños que no quieren que se pierda y ella tiene que unir todo para darle forma de nuevo, pegar cada pieza, limarlas, volver a pintar, hacer retoques de los detalles y que la pieza regrese a su nicho.

VIO LLORAR A LA VIRGEN

De las miles de imágenes que ha retocado Doña Cruz, la que más recuerda es una Virgen que llegó hace aproximadamente 10 años, la imagen estaba despostillada y descolorida, la retocó y la entregaría el día 11 de diciembre, pero los dueños no llegaban, cuando casi era medianoche la temperatura bajó y empezó a sentirse mucho sereno, entonces la imagen se humedeció.

Una tienda departamental con ofertas en computadoras; acapulqueños llegan a Chilpancingo en busca de sus regalos de Navidad. / Foto: Juan Manuel Molina | El Sol de Acapulco

"Entonces pensé: creo que le saltó agua o le entró el sereno, la sequé la limpié toda y la dejé en un lugar donde estuviera seca pues ya esperaba que llegaran sus dueños, el tiempo pasaba y no, cuando ví la imagen nuevamente tenía humedad en su rostro".

La mujer recordó que entonces platicó con ella y le dijo que no se preocupara que si sus dueños no llegaban ella tendría su festejo, le pondrían sus "Mañanitas" y cuetes para que no estuviera triste. "el propietario llegó a las dos de la mañana ya del día 12, me dijo que tuvo un contratiempo pero que desde la noche tenía un sentimiento que le apretaba el pecho, por eso fue a esa hora y lo primero que dijo cuando se la entregaron es que su carita se veía como húmeda, se la llevaron y no supe más de ella, pero sé que ví como lloraba de tristeza".

La güera ocupa un espacio en el estacionamiento del mercado y es el único sustento que tiene para ella y su hijo invalido. / Foto: Abel Miranda | El Sol de Acapulco