Ramiro Espíndola de 27 años de edad, es originario del estado de Toluca y llegó a Acapulco con 6 de sus compañeros para ofrecer la venta de asadores, cómales y estufas portátiles.
Él recorre las calles de colonias populares del puerto, protegido de los rayos del sol con un sombrero de palma, y camisa manga larga donde estará alrededor de dos meses o el tiempo que concluya la venta de los enseres domésticos.
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Dedicado por más de 5 años a ofrecer las parrillas ha mantenido mejor su economía, que siendo ganadero, sueldo con el que mantiene a su pequeña familia.
El grupo de 7 personas viajan a bordo de una camioneta por toda la República para ofrecer a pie los productos, quienes en este año han visitado las ciudades de Quinta Roo, Chiapas, Tabasco, Guerrero, entre otras.
“Antes era ganadero, pero tengo más de 5 años aquí en esta empresa porque se gana más, porque todo esto se vende mejor, ya que el material es duradero”.
El asador que comercializa es el que mejor se vende porque es de acero inoxidable y lo ofrece con la idea de reunir a la familia y amigos y “hacer una carnita asada”.
La estufa y el comal están diseñados para cargar ollas con un peso de 80 a 100 kilogramos, ya sea para tamales, barbacoa, pozole, entre otros platillos.
Ramiro ha visitado en varias ocasiones el puerto donde ha tenido excelentes ventas, regresando cada 8 meses o al año, además de disfrutar en su día de descanso de las paradisiacas playas de este destino turístico.