Con mucha paciencia, Tranquilino salió de su natal Olinalá municipio enclavado en la zona Norte de Guerrero cargado de artesanías típicas de su región para comercializarlas en Acapulco.
A paso lento, un poco sofocado por el calor, el hombre de unos 70 y tantos años de edad, recuerda que aprendió el oficio de sus padres y abuelos.
El artesano de apellido García, dijo que para llegar a este puerto tuvo que viajar por casi cinco horas desde Temalacatzingo, ubicada cerca del estado de Puebla.
Desde niño aprendió el oficio para elaborar estas piezas hechas de materiales de la naturaleza como bules que se siembran en el campo.
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Jarritas y canastas ofrece a los transeúntes que se encuentra sobre la avenida costera Miguel Alemán, donde con su sombrero calentano en la cabeza que lo cubre del sol confiesa bajas ventas.
El oficio lo aprendió de sus antepasados y ha venido por generaciones, al grado que en la actualidad sus hermanos e hijos y nietos, participan en estos trabajos para elaborar dichas figuras.
En ocasiones, han exportado este producto al extranjero, pero también visita los pueblos y municipios de ambas costas de Guerrero para poder vender sus artesanías conocidas mundialmente.
De su narrativa, señaló que viene cada mes a vender estas figuras decorativas con colores llamativos, mismas que llevan un proceso de elaboración de uno a tres días.
Dijo que se prepara para Semana Santa y que piensa regresar en esas fechas desde la zona Norte para comercializarlas.
Al día, pueden elaborar unas 15 o 20 piezas, pero sería en dos o tres cuando queden terminadas porque se lava y se pinta para dejarlas listas para los compradores.