Tadeo Arredondo, afamado compositor del Barrio del Hueso

"El Mudo" con la Sonora Santanera le dio fama y 13 discos de oro; entre sus renombrados éxitos está El Negro de la Costa y Atolito con el Dedo

Celso Castro | El Sol de Acapulco

  · sábado 23 de septiembre de 2023

Aunque algunos historiadores que aseguran que el compositor y cantante Tadeo Arredondo nació en San Marcos, en realidad vio la luz en el tradicional Barrio del Hueso el 30 de junio de 1936. /Foto: Cortesía @enciclopediagro.mx

A pesar de que hay historiadores que aseguran que el compositor y cantante Tadeo Arredondo Villanueva, nació en San Marcos, en realidad vio la luz en el tradicional barrio del Hueso del puerto de Acapulco, el 30 de junio de 1936.

Este genio de la música, según el profesor Orlando González Benítez, en sus efemérides guerrerenses, fue el séptimo hijo de Filiberto Arredondo Suástegui y de Aldegunda Villanueva Molina, ambos, estos sí, del municipio de San Marcos. Casó con la señora Eusebia Terán, con la que tuvo dos hijos.

Estudió en la escuela Secundaria Federal número 1, aunque es importante decir que empezó a componer a los 9 años de edad, de acuerdo al cronista de la ciudad Anituy Rebolledo Ayerdi, quien, por cierto, tuvo una relación muy cercana con el cantante por ser compadres.

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Es quien lo califica como un compositor precoz, bueno a su decir, precosísimo, toda vez que cuando cursaba el tercer año en la Escuela Primaria "Ignacio Manuel Altamirano", sorprendió a todos por igual con su ópera prima “Divina Noche”, al participar en el Festival Interescolar de la Canción.

Esta parte de su faceta lo distingue como prolífico compositor y creador de grandes temas, pero volviendo a sus inicios, al quedar clara su vocación de cantante y compositor, lo alienta la directora del plantel Carolina Vélez viuda de Leyva, a volver a participar en el festival escolar.

El jovencito acepta, pero lo hace como un trío, llevando como acompañantes a su hermano Ervey y al cronista Rebolledo Ayerdi, aunque éste último recuerda con gracia, que Tadeo era la primera voz y la primera guitarra, llamando al grupo “Artistas de la Altamirano”, pero finalmente queda como el trío de Los Costeñitos, aunque sus acompañantes no eran ni segunda ni tercera voz o guitarra.

Esta parte de la historia es importante, porque prácticamente, el creador de "Alingo Lingo", inicia su faceta de cantante, pues el grupo infantil porta su primera ropa que los identifica en el medio artistico, consistente en pantalón y guayaberas de color blanco, además de un paño rojo enredado al cuello, con sombrero de palma.

En sus inicios la Garita se trataba de una caseta de cobranzas, cuya función era cobrar el impuesto a toda la mercancía que llegaba en la Nao de China. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Quienes conocieron al pequeño acapulqueño, coinciden que era una persona que le gustaba la soledad, incluso, cuentan que de niño cuando se iba a dormir, apagaba la luz y encendía una vela, tomaba su lápiz y se ponía escribir sus versos sobre la hoja de papel que daban forma a sus canciones, en más de un ocasión lo venció el sueño.

Pero nunca descuidó sus apuntes, pues los guardaba celosamente bajo su almohada, como si se tratara de pecados capitales, pero en realidad lo que lo llevaba actuar de esta manera fue porque tenía temor de que se burlaran de él, porque ya sabía que está suele ser cruel y despiadada.

Sin embargo, en este cancionero secreto ya habían nacido obras como Tu Ausencia, Mi cielo, Mi Tormento y Divinos Ojos, que con su guitarra estreno en tertulias y en serenatas, que en muchas de las ocasiones fueron interrumpidas por tremendas corretizas provocadas por los novios celosos y padres violentos.

En la parte musical se afirma que desde el inicio contó con el apoyo del maestro Macario Luviano para los arreglos musicales. Esto fue garantía de éxito en su carrera musical, pero volviendo a su etapa de estudiante, Tadeo Arredondo le vino la inspiración muchas veces en amoríos primerizos como fugaces.

Placa conmemorativa en la calle que lleva su nombre. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Años más tarde, en los años 50´s, el compositor Arredondo Villanueva, se une al esfuerzo cultural del Instituto Regional de Bellas Artes de Acapulco, que en aquel entonces dirigían el pintor Luis Arenas y su esposa Macrina Rabadán, que operaba en la azotea del edificio Pintos. Bajo la guía del profesor Roberto Ceballos Delgado colaboró durante un tiempo en el teatro Las Máscaras, donde intervino en distintas obras como cantante y actor. Desempeñó papeles estelares en “Escuadra hacia la muerte” y “Recuerdos de mi barrio”, poemas dramáticos representados en giras por Jalisco, Oaxaca, Chiapas, Puebla, Querétaro y Guanajuato.

También participa en una muestra de danza guerrerense, siendo maestro de danza regional en la ciudad de México. Cada vez más involucrado en las actividades culturales, le presentan al escritor y escultor Alberto Chessal, con el que nace una gran amistad hasta la muerte del acapulqueño, es quien se ofrece a realizar el busto de Tadeo en bronce de manera totalmente gratuita, como homenaje póstumo.

Pero no nos adelantemos, cuando decide unir su vida a la mujer que será su compañera, vive en la avenida Cuauhtémoc, en donde su vecino es otro gran compositor guerrerense don José Agustín Ramírez, creador de Acapuñqueña, quien lo toma como su alumno y le enseña partituras, porque Tadeo tocaba y cantaba de oreja, como se decía en la jerga del oficio.

Una calle de Acapulco lleva su nombre en honor al prolífico compositor. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

El 1 de mayo de 1970 debutó en un club nocturno apadrinado por Manuel “el Loco” Valdés. En voz de Demetrio González y de su hermano Darbelio, “El Negro de la Costa”, fueron grabadas las primeras canciones.

Pero fue la Sonora Santanera la que hizo célebres temas como El mudo, a los que siguieron otros a cargo de Los Diamantes, Los Tres Caballeros y Los Pingüinos. De su abundante producción sobresale el género romántico, incursionó con éxito en la canción social y vernácula.

Amparo Ochoa cantó La leyenda del Pescador, donde se habla de que antes se podía caminar por las playas de Acapulco, que ahora son propiedad privada de los Miguel Alemán, Azcárraga y numerosos extranjeros.

Entre las vernáculas está Atolito con el dedo, fandango festivo que trascendió las fronteras nacionales. Además, Por no estar junto a ti, Te voy siguiendo, Divina noche, Carnaval en Acapulco, entre tantas muchas otras que también fueron éxitos y que le valió reconocimientos a nivel nacional e internacional.

Obtuvo 13 discos de oro con la Sonora Santanera, entre otros reconocimientos, hasta que este gran compositor acapulqueño perdió la vida en un trágico accidente el 1 de julio de 1976, a la altura de Tierra Colorada, se apagaba así la voz de un grande de la música.

Recibió homenajes en vida y póstumamente, en Acapulco y el Distrito Federal, por ejemplo, en este puerto se le puso su nombre a una calle donde está la placa, que pasa por la arena Coliseo y da a la tienda donde antes estaba la Comercial Mexicana y comunica a la costera Miguel Alemán.

Años más tarde, siendo alcalde Alberto López Rosas, develó su busto en la avenida Universidad, a partir de ese entonces nadie más lo menciona, solo en ocasiones sus compañeros músicos reconocen su aporte musical en algunos eventos en donde tocan sus temas, pero gobiernos van y vienen, pero nunca está en su agenda y así Tadeo Arredondo se va perdiendo en el olvido del colectivo.