Desde hace 30 años, Natividad, recorre sin importarle el cansancio que le provocan los candentes rayos de sol las calles y mercados de Acapulco, ofreciendo sus suculentas gorditas de masa con frijoles y requesón que ella misma prepara con leña en su casa.
Desde las cuatro o cinco de la madrugada, se levanta para iniciar con su jornada de trabajo, la cual concluye entre las 7:00 o las 8:00 de la noche hora en que termina de vender las 90 o 100 gorditas que prepara diariamente.
A pesar del cansancio que esto le representa diariamente, Natividad también tiene que estar al pendiente de sus cinco hijos por ser madres soltera, sin embargo tiene la satisfacción de haber sacado ya a dos de estos adelante en sus estudios gracias a la venta de las gorditas de frijol y requesón que vende en las calles y los mercados de esta gran metrópolis.
"Tengo que buscarle para que alcance el dinero que ganó vendiendo las gorditas porque aún tres de mis hijos están estudiando, la vida es dura pero sabiendo trabajar bien todo se hace más fácil, aún cuando lo que haces es pesado como es mi caso levantarme de madrugada y un día antes dejar todo listo para empezar a trabajar y salir nuevamente a las calles y los mercados a ofrecer mis gorditas de masa y frijoles”, dijo.
Originaria de una comunidad de Tlapa , Natividad llegó al puerto de Acapulco a los 18 años de edad, comenzó a trabajar de empleada doméstica en varias casas y posteriormente comenzó a ayudar a una señora a vender gorditas de frijol donde aprendió este oficio que hoy en día , representa el sustento económico de ella y sus cinco hijos.
La ama de casa, fatigada por el cansancio que le representa caminar bajo los candentes rayos del sol, pero con la ilusión de vender todas sus gorditas de frijoles, vive en la parte alta de la Simón Bolívar una colonia ubicada en la zona conurbada de Acapulco .
Dijo que el cansancio es mucho, pero este se recompensa al llegar a su casa cuando sus hijos la esperan para disfrutar estar unas horas juntos luego de una jornada de trabajo en las calles de la ciudad.
Asegura que nada le impida levantarse desde muy temprano a trabajar, cuando la recompensa al final es haber obtenido los 500 pesos en más de diez horas de trabajo.