Benjamín perdió su pie, pero en muletas sale a ganarse unos pesos como checador de los camiones urbanos y de lo que le regalan saca algo de dinero, que le permite pagar la renta y poder comprar para comer.
Este hombre de 50 años de edad, llega desde muy temprano a la parada de camiones de Galerías Diana, en donde hace la función de checador, a la vez les da los tiempos a los operadores de los camiones que están cubriendo la misma ruta.
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Comparte que renta un pequeño cuarto en la colonia 20 de Noviembre, en donde vive solo, pues perdió a sus seres queridos y ahora tiene que valerse por sí mismo, apoyado en un par de muletas.
Esto debido a que hace tres años en un accidente perdió parte de su talón al golpearse contra un fierro, como no se atendió la lesión se le infectó y cuando fue al médico le notificó que tenían que amputarle el pie.
Después de convalecer tuvo que aprender a caminar con muletas y actualmente ya no se le complica, pues puede desplazarse tan rápido como puede, para poder trabajar como checador y al mismo tiempo ganarse unas monedas.
Benjamín explicó que su trabajo consiste en tomar nota de las vueltas que dan los urbanos que cubren las rutas Base-Caleta, Base-Zapata y Base-Renacimiento, pero también les informa qué tiempos llevan y le regalan diez o 20 pesos.
"Yo no tengo salario, me regalan unas monedas y con esto junto para pagar la renta del cuarto que habito, pero también de ahí sacó para comer", dice.
Pese a esta limitación, todos los días sale a trabajar y permanece en la parada de camiones de Plaza Galerías, en donde ya lo conocen y también ha hecho amigos, con quienes comparte los pocos minutos que tiene libres.
Finalmente, llega un camión urbano a levantar pasaje y ágilmente se le aproxima al chofer para notificarle quién va adelante y qué tiempo lleva, en agradecimiento le dan unas monedas que guarda en un pequeño bolso y así espera a la siguiente unidad del transporte público.