Expuesto a sufrir lesiones de trabajo, fracturas o padecer malestar físico, el ser humano la mayoría de las veces recurre a los servicios de los llamados hueseros por ser una “alternativa económica” para atender tanto dislocaciones, fracturas o problemas musculares. Sin embargo, al no ser médicos, ni ortopedistas o fisioterapeutas, ponen en riesgo la vida de su paciente.
El fisioterapeuta Ricardo Vázquez Ayala, explica que el grueso de la población recurre a la medicina alternativa, sin tomar en cuenta los riesgos que esto implica, porque ignoran que manipular los huesos no es algo que debamos dejar a quien sea, los “hueseros” son personas que se anuncian con la capacidad de “curar” la espalda, columna, piernas, cadera o distintas partes del cuerpo o donde exista algún dolor, lesión o incluso hasta fractura y problemas musculares por medio de estiramientos.
Como carecen de estudios sobre la materia, a los pacientes con fracturas, le suelen poner pomadas y colocar entablillados con ciertos vendajes que si el hueso no está desplazado, eventualmente tiende a pegar, no obstante, cuando un hueso está desplazado, es muy difícil que ellos puedan hacer la alineación correcta para darle la anatomía que el hueso merece, por lo que los huesos -especialmente de los brazos- pueden quedar encimados; a esto es lo que se conoce como sinostosis radio cubital.
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Pero lo que el paciente ignora es que retrasar el tratamiento adecuado en lesiones tanto de los huesos como en los tendones, puede causar complicaciones inmanejables, por ejemplo, la unión defectuosa de fracturas, osteomielitis, úlceras por presión y ampollas, infecciones en tejidos blandos y en casos graves, gangrena de extremidad.
El especialista, Ricardo Vázquez, sostuvo que quizá crean que se trata de una exageración, pero una manipulación incorrecta en los huesos puede ser muy peligroso para la salud, sobre todo cuando se trata de “tronar el cuello”, pues muchas personas aceptan que se trata de un procedimiento relajante, pero no tienen ni la menor idea de que al poseer una conexión con la columna vertebral, que va desde la cabeza, cuello y espalda hasta la pelvis, puede causar un daño irreversible, como resultado, parálisis en brazos, piernas o en casos más serios, el fallecimiento.
Por tanto, es necesario que entiendan que ante cualquier malestar, dolencia o si se fracturo algún hueso, lo primero que debe de hacer es acudir con un médico y atenderse con un especialista o fisioterapeuta, que son los que basan su tratamiento en la fisioterapia y el uso de determinados equipos electromédicos, como los aparatos de infrarrojos, microondas y láser, que emiten radiaciones no ionizantes.
Un fisioterapeuta puede llegar a ver casos muy variados en su consulta: contracturas musculares, fisuras o fracturas, dolencias articulares, reuma, esguinces, artrosis, artritis, enfermedades del sistema nervioso e incluso atención pre y postparto.
Esta ciencia tiene como objetivo principal restaurar la función del cuerpo humano, de tal manera que la calidad de vida y percepción de salud por parte del paciente alcance su máximo exponente. Está desarrollada por fisioterapeutas, titulados universitarios, y aborda distintas especialidades para atender a personas de la tercera edad, traumatología, reumatología, neurología, pediatría, sistema cardiorrespiratorio, y con distintas técnicas, pero siempre con un objetivo común, la mejora de la estructura y función del cuerpo humano.
Es importante señalar que un fisio, como también se les conoce, no se les olvida los medios complementarios como la electroterapia (la corriente analgésica tipo TENS es una gran ayuda en el tratamiento del dolor) o los ultrasonidos, de importante efectividad en distinto tipo de patologías, siempre atendiendo a una profunda valoración previa y utilizando todas las técnicas terapéuticas de las que dispone el fisioterapeuta.
Por tanto, dijo, que antes de recurrir a los famosos hueseros, no permitan que les truenan el cuello con ayuda de mazos o bandas con las que jalan esta parte del cuerpo. Aunque se ve aparatoso, es importante que sepan que esta práctica puede generar un esguince cervical, es decir, el desgarro de alguno de los ligamentos que unen las vértebras cervicales al cuello.
Lo más grave es que si en el proceso dañan los nervios o foramen intervertebral, podría causar una parálisis en el resto del cuerpo, así es el tamaño del riesgo que corren, por tanto, lo mejor es recurrir a médicos, ortopedistas o fisioterapeutas.
