Era una noche con poca luz, Lalo regresaba de un compromiso de trabajo en una fiesta en Pie de la Cuesta, en donde tomó vídeo y fotografìas, en su motocicleta sin ningún incidente hasta que al llegar a la curva del Diablo, una silueta de una mujer de blanco surgió de la nada, lo que le provocó un repentino sobresalto, se le heló la sangre y el miedo le caló hasta los huesos.
Esta fue la experiencia de este joven que trabaja por su cuenta, tomando videos y fotos en bodas, 15 años o eventos especiales, quien ahora sí cree en lo paranormal, que existe algo que no podemos explicar y que, definitivamente, la suya fue un encuentro con la mujer de blanco, esa que se les aparece a los taxistas por la curva del Capitán o curva del Diablo.
Aún con las manos temblorosas, relató este episodio de su vida que le cambió la forma de pensar sobre que existe otro plano terrenal después de la muerte, lo que antes le causaba risa, incluso, cuando le tocaban el tema se mofaba y tachaba de farsantes a los que le platicaban de fantasmas, pues siempre tuvo la idea de que eran invenc
iones o pláticas para asustar a ingenuos.Sin embargo, el 10 de mayo, cuando lo contrataron a una fiesta de cumpleaños en Pie de la Cuesta, después de preparar su equipo, lo acomodó en su motocicleta y se dirigió a la zona poniente del puerto, a cumplir con su jornada de trabajo, una vez que les cumplió a sus clientes, lo invitaron a cenar y unirse al festejo.
Alrededor de las 2:00 de la mañana, al darse cuenta que era ya tarde, se despidió y tomó la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, era una noche con una luna en cuarto menguante, por lo que había poca luz, por eso viajó despacio, a pesar que en su trayecto se encontró con pocos vehìculos, se puede decir que la carretera estaba literalmente sola.
Al salir de una recta y al avistar la curva del Diablo, puso las luces altas y al tomar la curva, se percató de una figura de una mujer de blanco, que salió de la nada y se paró a la orilla de la carretera, por un momento pensó que se trataba de alguien que a lo mejor no había alcanzado pasaje.
A medida que se iba aproximando al punto donde se encontraba la misteriosa mujer, sintió un escalofrío y la piel se le erizo, sin comprender el motivo, cuando pasó al lado del ser, se le heló la sangre y un miedo indescriptible se apoderó de él, fue cuando imprimió velocidad a la motocicleta.
Sin regresar a ver, no paró hasta que llegó a la gasolinera de Mozimba, en donde trató de calmarse, notó que su respiración se aceleró y un sudor frío le recorrió el cuerpo, cuando estuvo más tranquilo, enfiló por la avenida Ejido, en donde hizo un alto en una tienda de conveniencia y compró una cerveza que apuro como desesperado.
Compró otra y una vez que estuvo más tranquilo, se fue a su domicilio en donde compartió su experiencia con su esposa, quien, admitió que la observó incrédula y quizá no le creyó, pero jura por todos los santos que se le apareció la mujer de blanco y que ahora sí cree en lo paranormal.
Fue así como reaparece este espectro, que los taxistas hicieron un mito en la década de los 80´s, porque a más de uno se les subió al taxi y a otros simplemente se les apareció, sin que se sepa si esta alma en pena, tuvo algún final atroz en ese punto de la zona poniente, que no encuentra la paz eterna ni ha logrado traspasar al otro plano.