Raulito, el huésped más querido y visitado del Panteón San francisco

La fama del niño milagroso es conocida en todo el estado y hasta en los Estados Unidos, por lo que su tumba es visitada durante todo el año

Enrique Hernández / El Sol de Acapulco

  · jueves 31 de octubre de 2024

La tumba es color blanca, arreglada y con una lápida con letras azules donde se resalta el nombre del llamado niño milagroso del Panteón de San Francisco. / Foto: Enrique Hernández | El Sol de Acapulco

Una pequeña tumba color blanca con letras azules que la distinguen de todas las bóvedas que se encuentran dentro del panteón más antiguo de Acapulco, El San Francisco, es la más visitada durante todo el año por cientos de mujeres, hombres y menores de edad, quienes buscan tener un milagro de Raulito el llamado niño milagroso.

Según la historia contada por la señora Susana Curiel García, quien lleva 37 años cuidando este panteón ubicado sobre la Calzada Pie de la Cuesta, el pequeño Raúl González nació un dos de abril de 1932 y falleció un dos de febrero de 1933, solo diez meses después de haber nacido en esta ciudad, su tumba por muchos años permaneció en el abandono, hasta que una señora llegó con su pequeña hija desahuciada por una enfermedad, y pidió al niño milagroso por su salud.

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“Raulito es el niño milagroso, y también la tumba más visitada en todo el año por cientos de personas que no son su familia, pero vienen con mucha fe a pedirle algún milagro por cualquier tipo de cuestión sobre todo por salud, vienen a verlo de todo el estado y hasta han venido personas desde los Estados Unidos a pedirle un milagro, yo no sé con cuanta fe se lo piden, pero se han dado muchos casos que la gente regresa a darle las gracias y a pagar con algún juguete por que les cumple el milagro solicitado”, dijo la afligida mujer que se cubre su cabeza de los rayos del sol con un sombrero de palma café.

En la tumba de Raulito, también se encuentran los restos de su hermano Elivier González, quien nació un 22 de junio de 1933 y falleció un 19 de julio a un mes de haber nacido, sin embargo este no cuenta con la virtud de ser visitado por miles de personas que buscan al pequeño Raulito para pedirle un milagro de rodillas, con llanto en los ojos y en ocasiones hasta con la entrega de grandes regalos que por meses se mantienen dentro de la pequeña casa de madera y lamina galvanizada que le construyeron para cubrirlo de los candentes rayos del sol.

Doña Susana Curiel es la administradora del viejo panteón de San Francisco y lleva 37 años cuidándolo. / Foto: Enrique Hernández | El Sol de Acapulco

Doña Susana Curiel la administradora del viejo panteón de San Francisco, recordó que fue hace unos 42 años cuando se supo del primer milagro que concedió “Raulito”, fue a una señora que llego al panteón con su pequeña niña en brazos ya desahuciada y llorando y solicitó ingresar al panteón para buscar la tumba donde estuviera un niño enterrado y abandonado como se lo habían dicho para pedirle el milagro de salvar a su hija.

“Una vez que entró busco la tumba, se arrodillo y empezó a llorar por más de una hora frente a la tumba donde estaba el cuerpo de Raulito, no sé que le prometió si le hacia el milagro de salvarle la vida a su hija, se fue y al mes y 20 días regresó con una bolsa con muchos juguetes, ropa y flores para dejarlas en la tumbo, por el favor concedido de haber devuelto la vida a su pequeña hija, con la que también regresó ya caminando y en perfecto estado de salud”, narró la administradora del panteón.

Panteón más antiguo de Acapulco, El San Francisco. / Foto: Enrique Hernández | El Sol de Acapulco

Desde ese momento, la tumba del pequeño Raulito, empezó a ser conocida y visitada no solo por gente de Acapulco, sino también de otras ciudades como Guadalajara, México, Morelos, Monterrey, y hasta en los Estados Unidos de donde también han llegado personas en busca de un milagro del niño Raúl, hoy la tumba es color blanca, arreglada y con una lápida con letras azules donde se resalta el nombre del llamado niño milagroso del Panteón de San Francisco.

Flores de cempasúchil de venta en Chilpancingo. / Foto: Juan Manuel Molina | El Sol de Acapulco

La tumba está repleta de juguetes desde carros, peluches, muñecos de plástico, hasta triciclos, flores, ropa y figuras hechas con material de yeso que también le han llevado de regalo como muestra del agradecimiento por cada uno de los milagros realizados a quienes lo han buscado en el interior del antiguo panteón de San Francisco, un camposanto que hoy en día esta clausurado para realizar un sepelio.

Detrás de la historia del niño milagroso Raulito del Panteón de San Francisco, hay muchas historias de vida, algunas de éstas de dolor, otras de tristeza pero también de alegría según la historia que tiene doña Susana, quien realiza en el camposanto una jornada de trabajo que inicia a las 09:00 de la mañana del día y termina hasta las 04:00 o 05:00 de la tarde, sin embargo antes de retirase, recorre una vez más cada rincón del camposanto para verificar como ella dice que todo esté bajo control.