Lanzarse un clavado de La Quebrada, requiere de nervios de acero y tener una buena preparación física para no romperse un hueso al momento de romper el fuerte oleaje, por eso solo se atrevían un grupo de hombres entrenados que ofrecían un espectacular show dirigido a los turistas, hasta que una mujer lo hizo desde los 35 metros de altura de los acantilados, por una apuesta.
Se trata de la reina del Jet Set y empresaria inmobiliaria, originaria de Francia, Jaqueline Petit, quien en la década de los 50´s, cuando esta atractiva mujer llega al puerto de Acapulco, se relaciona con lo más granado de la sociedad, tanto nacional como internacional, pero también con hombres poderosos de la política de aquella época.
Esta admirable mujer se enamora del puerto de Acapulco y compra una propiedad, cultiva más amistades y abre su primer restaurante con platillos de la alta cocina, después establece una agencia inmobiliaria y desde aquí se da a conocer entre lo más selecto de la sociedad acapulqueña.
Quienes la trataron la describen como una mujer emprendedora, de carácter fuerte, que siempre era incluida en las fiestas, donde degustaba la champaña, tenía roce con los nobles de Europa y una habilidad para tener entre sus amigos a los más acaudalados de Nueva York.
Fue en esos años que conoció al músico de origen suizo, Teddy Stauffer, quien se catalogaba como acapulqueño por amor y convicción, gozó de fama y prestigio internacional, siendo sus amigos connotadas “estrellas” de Hollywood, jeques árabes, miembros de la monarquía europea y de la aristocracia de todo el orbe.
Se cuenta que entre sus amistades del que también era conocido como “El Mister Acapulco”, figuraban Rita Hayworth, Frank Sinatra, Ava Gardner, Miguel Alemán Valdés, Dolores del Río, Merle Oberon, Silvia Pinal, Emilio Azcárraga Milmo, gobernantes y políticos, aunque no existe registro de cuando fue el momento que coincidió con Jaqueline Petit,
Pero hay versiones que corría el año de 1966, cuando surgió la plática de lo osado que era lanzarse de La Quebrada, fue cuando la empresaria inmobiliaria dijo que ella podía aventarse un clavado del pináculo de los arrecifes, según describe en su cuenta de Facebook, Cali Adame Segundo.
En el breve comentario, confirma que ambas figuras del Jet Set, hacen una puesta de mil dólares y es así como Jaqueline, empieza a entrenar, primero con el gran Raúl García “El Chupetas” y después con el cuatro veces campeón mundial de clavados, Ricardo Vega Moreno, hasta perfeccionar su estilo.
Una vez que logra pulir sus entradas entre el fuerte oleaje que rompía en el canal de 4 metros de profundidad, se fija la fecha y sube a lo alto de las rocas, en donde se prepara y aprovechando una ola alta, se lanza en un clavado conocido como ornamental, que es hacia adelante con los brazos abiertos y se juntan al momento de entrar al agua.
Es tan perfecto su evolución, que logra la admiración de todos los testigos y es así como se convirtió en la primera mujer en lanzarse un clavado de La Quebrada, momento que quedó capturado en una fotografía que prestó su hijo Michel Cosic, que es la que se pública en el portal de Cali Adame Segundo.
Hasta donde se sabe fue la única vez que lo hizo, pero a partir de ese momento su nombre se hizo leyenda, aunque ya pocos lo comentan, pues con el paso del tiempo se fue olvidando esta hazaña, que quedó para el recuerdo y que “Mister Acapulco”, como todo un caballero pago la apuesta de los mil dólares.