Durante siete años ininterrumpidos, Kenia Lee, se ha dedicado a recorrer el Parque Papagayo con su material de trabajo, haciendo felices a cientos de niños que la buscan para cambiarles sus pequeños rostros con maquillaje, brillos y piedritas que representan el toque final de las llamadas pintacaritas.
Desde muy temprana hora, Kenia sale de su casa vestida del famoso personaje de la ratoncita Minnie Mouse, para dirigirse al Parque Papagayo a iniciar una jornada de trabajo que termina entre las 6 o 7 de la tarde, cansada, pero satisfecha por la alegría que genera en el rostro de los niños luego de haber sido maquillados con su personaje favorito.
"Trabajar con niños durante siete años, ha sido la mejor experiencia de mi vida, porque tienen cada idea al momento de maquillarlos, es lo más maravilloso hago mi trabajo y doy alegría al terminar el trabajo de maquillaje con material de calidad y con todas las medidas de seguridad y de higiene que son mi base primordial para el cuidado de los pequeños", dijo Kenia Lee.
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Las niñas, al momento de pedir una pinta carita, es muy común las de princesas y de los unicornios que son las más complicadas por todo lo que se les coloca desde los colores, hasta la diamantina y alguna piedrita por lo que en estas nos tardamos más de cinco minutos en terminar el trabajo.
Mientras que los niños para Kenia Lee, son menos complicados porque piden pintacaritas de los superhéroes y en estos se tarda menos de cinco minutos, pero también son de gran satisfacción una vez que los terminas de hacer.
Cargando su banco, su maletín de metal donde traslada sus pinturas, toallas, desinfectantes y su catálogo con las fotos de los personajes, Kenia recorre cada zona del Parque Papagayo en busca de los menores de edad, que disfrutan tener plasmado el rostro de un personaje ficticio.
Según Kenia, de lunes a viernes, pinta las caritas de 15 a 20 niños, mientras que los fines de semana aumenta el número de menores que buscan pintar su rostro.
Kenia, ha expandido su creatividad y el arte que hace con sus manos, a fiestas infantiles a las que acude bajo un contrato para pintar las caritas de las niñas y niños que acuden a los festejos.