Siendo madre soltera, a Angélica le tomó 25 años hacerse de un patrimonio y bastaron unas cuantas horas para perderlo, al ser evacuada por el riesgo de que su vivienda colapse.
Angélica es una de tantas personas que vive en zonas de alto riesgo en Chilpancingo, una ciudad plagada de zonas inestables y barrancas.
Es una trabajadora de limpieza en una escuela de la colonia Las Palmas, ubicada en esa zona poniente de la ciudad. Su familia está compuesta por unas 13 personas, entre hijas, yernos y nietos.
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A base de su trabajo, ahorros y préstamos pudo construir su modesta vivienda, en la calle Las Rosas de la colonia Ampliación 1 de Mayo, la cual, está construida mitad de material y mitad de madera.
La tarde del jueves, Angélica fue de las primeras en percatarse que un pedazo de terreno había caído por la barranca La Lobera, a solo unos metros de su vivienda.
Durante la madrugada, cayó más tierra hacia la barranca en una altura estimada en los 100 metros, eso prendió las armas lo que obligó a otras nueve familias a comenzar la evacuación de emergencia.
De su vivienda sacó todo tipo de muebles, colchones, sillas, utensilios de cocina, e incluso algunos artículos de lo que alguna vez fueron unas copas que se usaron en una fiesta de 15 años. Solo dejaron a su suerte una alberca de plástico con agua sucia.
Al borde de lágrimas, Angélica señala que le llevó toda una vida hacerse de su patrimonio, y ahora solo en unos días está próximo a perderlo, por lo que suplica a las autoridades apoyo para no quedar desamparada junto con su familia.
No tiene más familia que la que habita en su casa, por lo que pide solo se le garantice un espacio en un albergue para que todos puedan estar seguros.