Con los primeros rayos del sol, una joven madre indígena sale con su hijo en brazos a ganarse el sustento diario, ofreciendo artículos de limpieza, bolsas de plástico y especias, pese a las injusticias y discriminación de que es objeto por parte de un sector de la sociedad, que la estigmatiza por su origen humilde.
Es una de muchas jóvenes que en este Día de las Madres, no tendrán nada que festejar y tampoco quien les reconozca su sacrificio, pero en el caso que nos ocupa, por su necesidad de alimentar a su bebé, ejerce el comercio ambulante en una ciudad, cuyo contexto urbano está polarizado por los hechos de violencia.
Esta joven, no solo carga a su pequeño de meses de nacido, también tiene que llevar su mercancía y detenerse en algún lugar concurrido del mercado central de abasto, para poder ofrecer los artículos, que, quiérase o no, con el paso de las horas se convierte en pesados bloques.
Inútilmente trata de llamar la atención de la gente que pasa a su lado, pero son indiferentes, es más, ni la ven ni la escuchan, algunos si acaso la observan con curiosidad y hasta llegan a lanzarle críticas por salir a la calle con su hijo envuelto en su rebozo.
Tal parece que ejercer el comercio informal es un delito grave, cuando ignoran que es parte de un segmento de la población que es víctima de la marginación y la consiguiente discriminación institucional que enfrentan como madres trabajadoras de las calles.
Se le trata de preguntar de donde viene, pero antes de otra cosa, a grandes pasos se retira y se escabulle entre la gente, quizá pensó que se le iba a decomisar su mercancía o de que se le pretendía retirar del lugar, lo cierto, que su comportamiento demuestra el hostigamiento que sufre a diario al ejercer el comercio informal.
Lee también: Diseñador indígena de Acatlán lleva su moda a España
Es de hacerse notar que las circunstancias particulares que padecen las mujeres indígenas que se dedican a vendedoras ambulantes,m son difíciles, porque no sólo sufren la persecución por parte de los inspectores de la dirección de Vía Pública, también son víctimas de la extorsión por los grupos delincuenciales.
Aunque el creciente número de damas activas en la fuerza laboral en el estado de Guerrero, es significativo, no se puede interpretar como indicativo de verdadero cambio en la mejora de la situación del llamado sexo débil, por el contrario, la mayoría labora en el sector informal con todas sus connotaciones negativas.
Por tanto, no se puede soslayar que las mujeres se han convertido en miembros productivos identificables dentro de las economías nacional, del estado y los municipios, sin embargo, las instituciones gubernamentales no hacen el reconocimiento debido a su aporte laboral y de los beneficios que dejan en lo económico y social.
En suma, las jóvenes madres ambulantes siguen siendo excluidas, a pesar que su único delito es sobrevivir en un estado pobre, en donde se carece de oportunidades y en el que continúa predominando una cultura machista, que es el factor que impide que la equidad de género se ejerza a plenitud.
Mientras esta joven madre, seguirá en las calles ganando el sustento para poder alimentar a su pequeño hijo, envuelto en su rebozo, en medio de la indiferencia de la gente, en este 10 de mayo Día de las Madres.