La señora Hermelinda Gutiérrez llegó al puerto de Acapulco proveniente de Chilapa de Álvarez, Guerrero.
Al llegar al puerto se instaló en la Calle Río Lerma de la colonia Hogar Moderno, y a partir del año 1992 comenzó a vender pan, oficio que aprendió en su pueblo, un lugar de costumbres y tradiciones.
Fue así como desde hace 32 años surgió la famosa panadería La Chilapeña, que ha ido de generación en generación.
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Con sus manos artesanas para hacer deliciosos panes, doña Hermelinda heredo el oficio a sus hijos por lo que, hasta la fecha, cientos de Acapulqueños siguen disfrutando del sabor del pan estilo Chilapa.
En La Chilapeña por la celebración de Día de Muertos no puede faltar el pan alusivo a esta tradición mexicana, durante la cual muchos clientes acuden en la compra de este clásico pan redondo, adornado con su canilla de la misma masa, espolvoreado con azúcar blanca.
También hacen pan de muerto en forma de “Muñeca”, “Amargosa de azúcar con ajonjolí”, “Cuerda” “Pan redondo de ajonjolí” en tamaños pequeños, medianos y grandes.
El pan estilo “Muñeca” y “Amargosa de azúcar con ajonjolí” son los que más se venden en esta celebración para decorar ofrendas de los difuntos.
A pesar de la pandemia y los fenómenos meteorológicos que han afectado el puerto de Acapulco, este negocio sigue a flote del que dependen varias familias, como la señora Petra que tiene 25 años laborando en La Chilapeña y manifiesta sentirse feliz y agradecida por su lugar de trabajo.
Hoy en día el señor José Guadalupe Hernández quien desde hace 20 años continúa con la tradición del pan al estilo Chilapa se encarga de elaborar estos deliciosos panes en conjunto con Emmanuel quien a toda marcha hornea el pan, listos para ser vendidos.