En la Playa Papagayo de Acapulco, pescadores venden a turistas los famosísimos “rompecatres”, así es como se conoce popularmente el platillo de ostiones.
En plena recta final de las vacaciones, los comerciantes se van a las playas a pescar ostiones, para después venderlos a 200 pesos por docena.
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Se ofrecen de dos tipos de ostiones, y en la compra de una docena, los consumidores se llevan dos más de “pilón”.
Entre los beneficios de consumir este tipo de moluscos, según el vendedor, sirve para recargar energía e incluso para ponerse romántico con su pareja.
“Gemelo seguro al rato”, sostiene el vendedor, quien prepara los ostiones en una de las rocas ubicadas al pie de la bahía.
Este tipo de comida es conocida por ser afrodisíaca, puesto que debido a su contenido nutrimental, favorece la circulación sanguínea y eleva los niveles de testosterona.