Facundo Bartolo García, tiene 63 años de vida y 40 de estos, los ha dedicado a trabajar día, tardes y en ocasiones por las noches como panteonero en el camposanto más grande de Acapulco el panteón de Las Cruces.
Cansado pero con la necesidad de tener un recurso económico que le ayude a sobrevivir junto con su familia, Facundo llega al panteón de Las Cruces a las 08:00 de la mañana todos los días y empieza a recorrer las miles de tumbas en busca de que alguien lo pueda contratar para la limpieza, mantenimiento de bóvedas o en su caso como albañil para construir alguna tumba que se requiera.
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Originario del municipio de Marquelia en la región de la Costa Chica, llegó al puerto de Acapulco desde muy pequeño junto a su madre quien al arribar a esta ciudad, empezó a trabajar como panteonera en el panteón donde ahora el sigue los pasos de la mujer que le enseño el oficio.
“Es pesado, pero la pobreza nos hace fuertes, trabajo lavando tumbas, tirando basura, limpiando las bóvedas, así como en tareas de albañilería construyendo las tumbas, tengo en esto 40 años, en algunas ocasiones queremos tirar la toalla pero luego recuerdas a tu familia y te vienen las fuerzas para seguir hasta que Dios quiera en este trabajo que fuera de lo pesado y cansado, es también satisfactorio porque es lo que sabes hacer”, dijo.
Vive junto a su esposa y sus tres hijos ya grandes en la colonia Las Parotas, ubicada cerca del panteón de Las Cruces, por lo que diario llega caminando al panteón para empezar una nueva jornada de trabajo que no tiene horario de salida, porque todo depende del trabajo que le salga durante el recorrido que hace al interior del camposanto en busca de ser contratado.
En ocasiones, la situación es complicada porque no hay trabajo en el panteón, y es una alegría que se pueda ganar entre 30 y hasta 50 pesos en un día cuando no hay nada de trabajo por la falta de personas que llegan a visitar la tumba de algún familiar.
Trabaja de sol a sol, para ganar en los días malos entre 30 y 50 pesos, y en los días de más trabajo se puede llegar a ganar entre 200, 300 y hasta 500 pesos considerando el trabajo que realice sobre todo cuando se llega el Día de Muertos cuando es contratado para limpieza y la pintura de las bóvedas.