Don Samuel, de 71 años de edad, por más de 2 décadas ha vendido el tradicional pan vaqueta, o también conocido como “pan calentano”, en el puerto de Acapulco, ofreciéndolo en 50 pesos la bolsita de tres panes de tamaño mediano.
Cada mes, o 20 días, él personalmente va a la región de la Tierra Caliente de Guerrero, al municipio de Tlapehuala, a traer más de mil piezas, de las cuales ya tiene encargadas más del 30 por ciento y le duran solo dos semanas.
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“Actualmente me dedico de lleno a vender el pan, anteriormente tenía un billar en la calle Miguel Hidalgo, en la colonia Libertad pero cerré desde que empezó a incrementar la violencia además de estar ya cansado de ese negocio”.
Don Samuel, de origen calentano, vive en el puerto de Acapulco desde hace más de 50 años, sin embargo, también pasa varias semanas en su región natal ya que allá viven sus hijos y esposa.
Durante la semana acude a dos puntos de este destino de playa a vender el pan calentano: los días lunes y miércoles desde las 7 de la mañana se instala en el mercado de la Zapata; y martes, jueves y viernes afuera de una tienda departamental ubicada en la colonia Las Cruces.
Él coloca unos cartones en forma de pirámide y con una tabla de madera exhibe sus bolsas de pan, las cuales empezó a vender hace 20 años en 18 pesos.
El pan vaqueta es una tradición de décadas heredada de los primeros pobladores de esta localidad, y es una de las actividades económicas más importantes de la región de la Tierra Caliente.
Se elaboraba con harina de maíz fermentándolo en pieles curtidas llamadas vaquetas; debido a ese proceso se le dio el nombre que tiene.
Don Samuel algunas ocasiones se enfada de ir y venir por el pan para comercializarlo, por ello también se emplea allá en su ciudad en una empacadora por varios meses, después vuelve a la venta del pan de Tlapehuala.