María de la O Barriga, atrevida luchadora social

Se le reconoce su lucha feminista y por la defensa de los campesinos, porque se atrevió a escupir a un gobernador.

Celso Castro | El Sol de Acapulco

  · jueves 25 de mayo de 2023

A María de la O se le atribuye que durante el periodo del presidente de la República, Lázaro Cárdenas, el senado de la República, declara desaparecidos de los poderes de Guerrero. / Foto: Cortesía | Alberto Solís

La historia de Guerrero, no solo ha sido escrita por hombres Ilustres, también hubo mujeres que dejaron huella, como fue el caso de María de la O Barriga, a quien se le reconoce su lucha feminista y por la defensa de los campesinos, pero también se le recuerda cuando escupió al entonces gobernador de Guerrero, general Gabriel R. Guevara Orihuela.

Esta gran mujer, no sólo fue militante en 1924 del Partido Obrero de Acapulco (POA), que formaron los hermanos Escudero, que lideraba Juan, quienes por vez primera permitieron en sus filas a mujeres. También abrió su propio bufete jurídico gratuito en su domicilio particular que tenía en el Barrio Pozo de la Nación de la ciudad de Acapulco, que funcionó a la vez como albergue de las víctimas.

¿Pero cómo fue este incidente con el gobernador del estado Guevara Orihuela? Cuenta el cronista de la ciudad, Anituy Rebolledo Ayerdi, que cuando andaba en campaña en busca de la gubernatura del estado el militar, en un acto de proselitismo al que asistió María de la O, junto con su gente, éste les prometió que iba apoyar a todos los luchadores sociales y que los respaldaría en sus tareas como servidores del pueblo.

“No solo los apoyaré, sino que los dotaré de bienes materiales para que cumplan mejor su cometido”, dijo en su arenga política, cuando se escuchó un grito de mujer: -¿Y si no cumple?-. Al momento la reconoce el general Guevara, que se trata de María de la O y le responde: ¡Vaya pregunta Mariquita!

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Entonces el candidato le revira: “Porque me conoces mejor que nadie sabes que siempre cumplo mi palabra y está vez no será la excepción”, pero como observa rostros de incredulidad añade a su discurso: “Ahora que si no lo hiciera Mariquita. ¡Te ordeno que vengas al palacio de gobierno y me escupas la cara!”.

La gente borró esas caras adustas y se transformó en voces de apoyo, porras y hasta vivas al candidato, quien sonriente alzó la mano en señal de agradecimiento y la multitud sella el pacto de darle el voto en las elecciones y llevarlo a la gubernatura, cargo que asume el 1 de abril de 1933.

Sin embargo, nunca olvidaron esa promesa del titular del ejecutivo del estado, pero fueron pacientes y esperaron que se organizará, pero los meses pasaban y el gobernador no daba intenciones de cumplir con el compromiso que les hizo en campaña, por el contrario, son contrarias sus promesas. Le da la espalda a la lucha social, reduce el reparto de tierras y los despojos se multiplican en todo el territorio guerrerense.

Así que tuvo que pasar un poco más de un año y la luchadora social, les informa a los suyos que irá a la capital del estado; se pone en marcha y llega al palacio de gobierno en Chilpancingo, en donde sin dificultad accede al despacho del gobernador, quien la recibe con el clásico “Este si es un milagro Mariquita, hace ya tanto tiempo”.

Esta gran mujer murió víctima de un tumor avanzado a los 74 años de edad. / Foto: Cortesía | Alberto Solís

Señor, vine a lo que vine, lo interrumpe y le suelta “Vine, señor, como buena soldada a cumplir una orden suya”. El gobernador retrocedió en el tiempo su memoria y apenas estaba calibrando a qué orden se refería, cuando la luchadora social le lanzó un escupitajo que hace blanco entre cachete y nariz, para darse la vuelta y abandonar el lugar.

El militar enfurece y la ve salir, dando órdenes a sus guarros que no hagan nada, porque ya habían cortado cartucho. Enseguida busca algo para limpiarse el rostro y con paso largo se mete al sanitario a lavarse la cara, no sin antes lanzar una serie de improperios y maldiciones, ya repuesto de la sorpresa y de recordar esa “orden” que dio al calor de su campaña.

Por cierto, a María de la O se le atribuye que durante el periodo del presidente de la República, Lázaro Cárdenas, el senado de la República, declara desaparecidos de los poderes de Guerrero, encabezados, sí, por el general Gabriel R. Guevara Orihuela, el 5 de noviembre de 1935, por lo que tuvo que regresar a la milicia, en donde después de ocupar altas responsabilidades fue nombrado gobernador del territorio de Quintana Roo, el 16 de diciembre de 1940.

Mientras que la luchadora social, quien nació un 11 de enero de 1882, en Nuzco, municipio de Tecpan de Galeana, continúa con su lucha a favor de las mujeres y los hombres del campo, ingresa a las filas del Partido Comunista y organiza la Unión Fraternal de Mujeres, en donde se propone una serie de acciones de apoyo a este segmento de la sociedad.

Durante el periodo del gobernador Rafael Catalán Calvo, se crea la Defensoría Estatal de los Pobres y la nombran como su titular. Acepta el cargo, pero se niega a recibir los ciento veinte pesos mensuales que le corresponden de salario.

Esta gran mujer, murió víctima de un tumor avanzado a los 74 años de edad. Fue sepultada en el panteón de San Francisco, en Calzada Pie de la Cuesta, pero sus restos fueron llevados a la rotonda de las personas ilustres en Tlacopanocha, en reconocimiento a su lucha social y defensa de los pobres.