La familia Rojas ya está en el puerto de Acapulco, para disfrutar durante cuatro días del ambiente tropical y su atmosfera relajada, así como de los escenarios naturales para relajarse y de su variedad de opciones para divertirse, por eso ahora jalaron hasta con el vecino.
No se trata de una decisión tomada a la ligera, explica el representante de los 70 integrantes de la numerosa familia, Juan Carlos Rojas Hernández, se planeó durante todo el año y fue un gran esfuerzo para ahorrar, cada uno de sus integrantes aportó y se ganó el derecho de hacer este viaje.
No es cierto, la verdad, mis papás fueron los que organizan desde hace muchos años un viaje anual al puerto de Acapulco, pero con toda la familia, porque vienen mis tíos, tías, primos, sobrinos, nietos, esposas y ahora se coló hasta el vecino, dice sonriente y preparándose para echarse un chapuzón.
Lee también: Con la venta de algodón desafía la crisis y mantiene a su familia
Relató que lo primero que hicieron fue rentar el autobús de turismo en una agencia de la Ciudad de México, después hicieron las reservaciones del hotel y juntaron un guardadito para cubrir los gastos de los alimentos, así como para otros gastos.
Salimos de la Ciudad de la México a las 5:00 de la mañana en el autobús, algunos se durmieron y otros pudimos admirar el paisaje, la ruta fue por la autopista del Sol, la cual estaba en buenas condiciones, aunque algo caras las casetas de peaje, indicó.
Llegaron a las 12:00 del día a la playa Papagayo, que es una primera parada en su visita a este balneario, Juan Carlos Rojas, explica que estarán cuatro días disfrutando del mar, los atardeceres y la vida nocturna del puerto, tal y como lo han hecho en sus anteriores visitas.
-¿Por qué eligieron al puerto de Acapulco?
Porque es muy bonito, tiene playas tranquilas, nos gusta su gastronomía con productos del mar, además de su espectáculo de La Quebrada y observar a los clavadistas, que se lanzan desde lo alto de un peñasco y se clavan entre el oleaje, es emocionante.
A pregunta si les parece seguro, su respuesta fue que sí, la presencia de los militares y de los policías de azul (turísticos) están dando seguridad y vemos que no hay problemas, por eso cada año repetimos llegar aquí y disfrutar del mar.
Se trató de entrevistar al vecino, pero se limitó a decir, “no tengo palabras, yo solo soy el vecino, pero si me buscan en México, díganles que me vine con los Rojas a Acapulco”, para enseguida unirse al grupo y apartar lugares en la franja de arena, para después disfrutar del oleaje y del caluroso sol.