En Chilpancingo, a mediados de los años cincuentas, un árbol de más de 100 años se secó y después fue derribado, esto por la falta de atención de las autoridades.
Este inmenso árbol se encontraba en el atrio de la Catedral de Santa María de la Asunción.
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Se trataba de un árbol, que de acuerdo con Arnulfo Salgado Ayala, un personaje conocido por plantar árboles por la ciudad, un funcionario de gobierno le pidió salvarlo.
Al principio todo iba bien, al árbol se le habían colocado algunas sustancias para salvarlo, pero la falta de agua complicó todo.
Primero se utilizó la única pipa con la que contaba el municipio, una que pertenecía a los bomberos, sin embargo, después ya no fue prestada.
Arnulfo sembró en ese mismo lugar un Laurel de la India, que en la actualidad mide unos 10 metros de alto, y que se ha convertido en un icono para los chilpancingueños.
Los sembró en 1974, cuando Arnulfo tenía 30 años. Ahora tiene 85 años y se siente orgullo por su trabajo.
El lugar es utilizado por los grupos católicos; también, en esa parte, se monta una especie de comedor para las personas más necesitadas.
Se trata de uno de los árboles de más antigüedad en el centro de Chilpancingo, junto con el popular “árbol de los huevones”, que es todo un sitio de tradición para los capitalinos.