Genaro Sánchez de 38 años de edad originario de Acapulco, se dedica con un grupo de amigos a la venta de alcancías con figuras de animales, mandiles y sillones para niños.
Todos los días de 10 de la mañana a 5 o 6 de la tarde recorren las principales calles del puerto en busca de ganarse unos pesos y llevar el sustento económico a sus hogares.
“Recorremos todo Acapulco, en el Centro, en la Zapata, Rena, Jardín, mercado, en la Cima, en todo el puerto andamos”.
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Ellos dejan en un punto la unidad motriz donde trasladan toda la mercancía que traen desde Puebla, hecha a base de cerámica, donde afortunadamente nunca han sido objeto de los amantes de lo ajeno.
Las alcancías con figuras de perros, marranos, panteras, entre otros animales miden alrededor de 60, 30 y 20 centímetros y las que más se venden “son las marranitas color de rosa porque les llama la atención a los niños”.
Genaro narró que son alrededor de dos meses los que él y sus compañeros tardan en vender toda la mercancía, posteriormente se van a otros estados como Michoacán, Querétaro, Cuernavaca, Colima entre otras ciudades del país.
“No hemos tenido problemas con la inseguridad Acapulco, está bien resguardado. De hecho aquí dejamos nuestra camioneta con la mercancía y no nos roban nada”, opinó el comerciante.
Genaro desde que era adolescente se ha dedicado al comercio de las alcancías y ha recorrido la mayor parte de la república mexicana, con el propósito de sacar adelante a su familia.
Las ventas para él son iguales en todos los estados a los que llega solo que en algunos se venden a un precio más elevado y rápido que en otros.
Ellos dejan la camioneta estacionada en un punto y caminan a los alrededores cargando varias alcancías, mandiles o el sillón para niños, uno de ellos en algunas ocasiones a un costado de la unidad motriz exhibe las figuras y toda la mercancía que llevan con el propósito de que los automovilistas o peatones que pasen por el lugar pueda comprar alguna.
Genaro prefiere caminar y lleva en un hombro atado con un mecate un perro de cerámica del tamaño más grande que comercializan, en el otro brazo un sillón hecho de madera con esponja y en las manos otras alcancías.